
Arturo Ripstein
Informacion extraida de la prestigiosa pagina:Nombre completo:
Arturo Ripstein Rosen
Lugar de nacimiento:
México, Distrito Federal
Fecha de nacimiento:
13 de diciembre de 1943
Comentario:
Arturo Ripstein comenzó su carrera siendo muy joven. Como hijo del productor Alfredo Ripstein, Jr., el joven Arturo se familiarizó desde muy pequeño con las prácticas y ritmos de la cinematografía mexicana. A los quince años presenció el rodaje de Nazarín (1958) y descubrió a Luis Buñuel, con quien desarrolló una estrecha relación maestro-alumno que se mantuvo hasta la muerte del genio aragonés, en 1983.
Ripstein fue asistente de dirección, sin crédito, en la filmación de El ángel exterminador (1962). Con esta experiencia y dos cortometrajes realizados en su adolescencia, realizó su debut como director de cine a los 21 años. Su padre había adquirido los derechos de un guión escrito por Gabriel García Márquez, titulado "El charro", y le confió la dirección con la condición de que lo convirtiera en un western, género de marcada popularidad en aquellos años. El resultado fue Tiempo de morir (1965), un filme que contó con la colaboración de afamados personajes, como el escritor Carlos Fuentes, el fotógrafo Alex Phillips, el editor Carlos Savage y el ya mencionado García Márquez.
El temprano debut de Ripstein constituyó una situación extraordinaria para la época, considerando que la rígida estructura sindical de la industria cinematográfica mexicana mantenía cerradas sus puertas a nuevos directores. Dos factores se conjugaron para facilitar, indirectamente, la llegada de Ripstein al cine: por un lado, la creación del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), primera escuela de cine de América Latina; por el otro, la organización de los concursos de cine experimental por la Sección de Técnicos y Manuales del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica (STPC) en 1965 y 1967. Aunque Ripstein no participó en ninguno de los concursos, ni era egresado del CUEC, la renovación de las filas del anquilosado gremio de directores era una necesidad imperativa y su atrevido debut fue recibido muy favorablemente.
Su ingreso formal a la industria se produjo tres años después, con la adaptación de la novela de Elena Garro Los recuerdos del porvenir (1968). Durante los años setenta, Ripstein se consolidó como director e inició una de las etapas más fructíferas de su carrera, la cual incluye tres de las cintas más importantes del cine mexicano contemporáneo: El castillo de la pureza (1972), El lugar sin límites (1977) y Cadena perpetua (1978). Las dos últimas lograron colocarlo en el selecto grupo de jóvenes cineastas mexicanos cuya filmografía comenzó a ser estudiada con detenimiento por especialistas nacionales y extranjeros.
Después de un breve periodo caracterizado por producciones poco afortunadas, Ripstein encontró en 1985 a la escritora Paz Alicia Garciadiego, quien se convirtió en su mancuerna más efectiva. A partir de El imperio de la fortuna (1985), el binomio Ripstein-Garciadiego emprendió un viaje directo rumbo a la definitiva internacionalización de la filmografía ripsteiniana. España y Francia le rindieron tributo a través de muestras, exhibiciones y premios, y su nombre comenzó a mencionarse repetidamente junto al título de "el mejor director mexicano de nuestro tiempo".
La soledad de las almas y la imposibilidad de cambiar la propia naturaleza son temas recurrentes en la filmografía de Ripstein. Variaciones sobre estos temas se localizan en todas sus películas, particularmente en El castillo de la pureza (1972), Principio y fin (1993), La reina de la noche (1994) y Profundo carmesí (1996). Sus filmes han sido calificados como lentos, sombríos y depresivos. El plano-secuencia es su herramienta fundamental para la puesta en escena. Estas características han hecho de Ripstein un director controvertido: amado y odiado por partes iguales, pero nunca ignorado.
Actualmente, Arturo Ripstein pasa por el mejor momento de su carrera. En una década amarga para la producción cinematográfica en México, Ripstein ha sido el único director capaz de sostener un ritmo constante de producción: nueve películas en poco más de diez años. De ahí que sea lógico esperar que este aún joven director mexicano tenga una larga y fructífera carrera por delante. Controversias aparte, Arturo Ripstein es, hoy por hoy, el único realizador mexicano con trascendencia internacional.
DIRECTORES DEL CINE MEXICANO
ENTREVISTA
leido en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=34743Reencuentro Con Uno de los Grandes Cineastas Latinos
Ripstein, retrato del artista
Alberto Duque López
Tiempos del Mundo
Más encorvado, más cínico, más callado, más observador, más sabio, más observador, llegó con tres películas recientes: La perdición de los hombres, Así es la vida y La virgen de la lujuria. Se trata de Arturo Ripstein, el director mexicano, que pasó por Bogotá en una visita que sirvió para dejar varios puntos claros.
Por ejemplo, fue enfático al desmentir la leyenda de que trabajó como asistente de Luis Buñuel en el rodaje de una de sus películas en México. Falso. Llegó al set porque, como hijo de productor, tenía ese privilegio.
Ripstein entraba y salía del rodaje de Buñuel, escuchaba sus comentarios y desaparecía. "Es una de esas raras leyendas negras que nos persiguen toda la vida. Aunque nunca fui su asistente, todos quieren asociarme con un director tan grande y tan mítico como Buñuel", dijo.
Aclarado ese tema, rechaza otra versión: la de que repite con complacencia sus películas. Mentira. Nunca las vuelve a ver. Y otra aclaración: nunca se siente seguro mientras filma. "Miedo antes de filmar, miedo durante el rodaje, miedo durante la posproducción, miedo ante el estreno. Así de sencillo. Es como si el miedo fuera uno de los factores o los motores fundamentales que te empujan a hacer películas", confiesa.
¿Cómo fue su descubrimiento del cine?
Como mi padre era productor, desde muy pequeño me llevó a las filmaciones. Me tomó algún tiempo entender que lo que yo veía ahí y lo que aparecía en la pantalla tenían relación. Un día con Carlos Savage, editor de Los olvidados, aprendí que la cinta corre a 24 cuadros por segundo y descubrí la "persistencia de la retina". En ese instante decidí a qué iba a dedicar el resto de mi vida.
¿Por qué no hay besos en sus películas?
"Hago cine para mí, para mis amigos, para el espectador que ve con simpatía mis películas. No hago cine para mis enemigos. Es que el mundo es un guiño tenebroso." —Arturo Ripstein
Siempre me ha dado vergüenza inmensa ver a los actores besándose en pantalla. En la vida real los besos me encantan, pero me llena de pena verlos en una película y mucho menos dirigirlos: Me ataca una timidez espantosa.
¿Cómo definiría su oficio?
Me importa el lado oscuro del corazón de los hombres y la conciencia negra. Hago cine para mí, para mis amigos, para el espectador que ve con simpatía mis películas. No hago cine para mis enemigos, es que el mundo es un guiño tenebroso. Me gusta la oscuridad, la vida secreta, lo subterráneo y lo oculto.
Su relación con García Márquez…
Lo conocí antes de que fuera García Márquez y como hijo de productor insistí muchísimo en empezar a dirigir. Después de insistir penosamente con mi padre que hiciera una película conmigo, accedió sin demasiado entusiasmo. Le llevé a García Márquez y le dije que era un gran escritor y que haría una buena película. También, con alguna reticencia, lo aceptó. García Márquez acababa de llegar a México y trabajaba en publicidad. Había terminado un guión basado en un cuento de Juan Rulfo, escrito especialmente para cine, también hecho con Carlos Fuentes. Era El gallo de oro que muchos años después yo volví a filmar.
¿Cómo definiría sus películas?
Algunos dicen que mi cine es oscuro, difícil. Puede serlo o no. Lo es de acuerdo con la relación que hay con algunas otras películas, quizá con el "cine light" que se hace normalmente. El mío es un cine oscuro y más difícil, pero ciertamente no sostengo la idea de que el público es una entidad imbécil.
http://www.tdm.com/ArteyCultura/2006/07 ... -0004.html
En enlace origina no me lo encuentra.
Un saludo