Victor Erice [02/02/2005] (Director)

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gerkijel
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Mensaje por gerkijel » Mar 16 Ene, 2007 16:48

yo lo bajé y es estupendo!

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Palahniuk
What a day, what a lovely day!
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Mensaje por Palahniuk » Mar 16 Ene, 2007 21:14

Pues lo voy a bajar.
Gracias, gerkijel!
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vinacha
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Mensaje por vinacha » Jue 01 Mar, 2007 16:02

He encontrado este elink en la mula

ed2k linkEl.Sol.Del.Membrillo.(Vi%CC%81ctor.Erice.1992).(alta.calidad).(by.M.R).avi ed2k link stats

con un bitrate de 1456 kb/s similar al ripeo de 2 Cds

homero351
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Mensaje por homero351 » Vie 06 Abr, 2007 13:40

El Sur: una invitación a la filosofía.

Cuando Alain Finkielkraut publicó La derrota del pensamiento (Gallimard, 1987) describió una enfermedad del espíritu que no ha hecho sino agravarse con el tiempo. El diagnóstico de Finkielkraut mostraba cómo el fenómeno de la cultura de masas unido a la transformación del valor de cambio en "cosa-en-sí" había borrado para siempre la distinción entre arte y mercancía. El mercado ha terminado por igualar todos los productos culturales, distinguiéndose unos de otros sólo por su mayor o menor capacidad para "matar el tiempo". El individuo se ha convertido en sujeto pasivo, consumidor-espectador, de subproductos fabricados específicamente para mantenerlo en estado de hibernación.

A pesar de todo, la literatura, el cine, el arte, siguen siendo el mejor modo para sobreponerse a este nihilismo cultural y abrir paso al pensamiento. La verdad filosófica fundamental es el dogma idealista: el pensamiento tiene el poder de proyectar la realidad. Empezar a filosofar es constatar que nuestra mente construye y da sentido al mundo. Todo lo dado, lo aprendido, no son más que prejuicios, sombras ilusorias que nos aprisionan en el fondo de la caverna platónica. Sólo es real lo que imaginamos.

Cuando el crítico de arte Clement Greenberg tuvo que defender los indefendibles murales del comunista-borracho-suicida de Pollock argumentó del mismo modo que en el párrafo anterior. El arte que imita la realidad es arte hecho por esclavos y para esclavos, es kitsch. El verdadero arte es luz que ilumina, cuchillo que abre el mundo, matriz de posibilidades.

La película de Víctor Erice ejemplifica las ideas anteriores tanto en la historia que cuenta como en la forma en que la cuenta. Es sobre esta asombrosa e inextricable unión de significante y significado sobre lo que quiero llamar la atención. Vemos la historia a través de los ojos de Estrella. La suya es una mirada necesariamente incompleta, obligada a imaginar buena parte de la realidad: el sur, Irene Ríos, el abuelo, la guerra civil... Estrella construye su mundo a partir de pistas leves y borrosas. Así también, todos y cada uno de nosotros. Erice cuenta la historia del mismo modo. Es una película construida sobre ausencias y elipsis, donde muchas veces lo importante ocurre justo fuera del plano que vemos. Del mismo modo que en el primer plano de la película el amanecer arranca la historia de la oscuridad así Estrella busca conocerse avanzando entre las sombras del pasado de su padre.

Estrella inventa su realidad a partir de oscuridades y susurros. El espectador también es obligado por Erice a reconstruir la historia de Estrella a partir de lo que no ve. Estrella, en una suerte de anámnesis, termina viajando hacia el origen, hacia el sur, hacia la luz que ha de desvelar todos los misterios. Es una invitación a buscar el sur de cada uno.

A mi entender, esa es la razón del cine, del arte y, al mismo tiempo, el primer paso del pensamiento.

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