Director
1906 /2002

Unas enormes gafas, asentadas sobre un rostro menudo, ovalado y vivaracho, escondieron durante decenas de años una de las miradas más inteligentes y sibilinas que se han escondido detrás de una cámara de cine. El desaparecido Billy Wilder (1906-2002) fue uno de los grandes, sin duda el último socio del club de los Ford, Welles, Hawks, Rossellini, Hitchcock..., aquéllos que hicieron del cine el arte por excelencia del siglo XX.
Su talento y valentía siempre fueron de la mano. Y con esas armas no dudó en destripar a la sociedad de su tiempo. Efectivamente, para él no se trataba sólo de retratar, de mostrar, sino casi de desinfectar a la sociedad de las costumbres hipócritas que, como cuerpos extraños, amenazaban la vida de los hombres. No extraña que William Holden dijera de él que "tenía el cerebro lleno de cuchillas de afeitar", quizá la mejor definicion del cáustico talento de este portentoso creador. Y es que para Wilder la discreción era sinónimo de pusilanimidad, algo tan hipócrita como cruzarse de brazos ante el acomodaticio puritanismo americano. Y Wilder no era hipócrita, si acaso un poco cínico, sí, pero un cínico que siempre te sacaba diez metros de ventaja.

Desde 1981, Billy vivió alejado del cine porque las compañías no se fiaban de un octogenario. Y así hasta que el 27 de marzo de 2002 falleció en su casa de Beverly Hills a la edad de 95 años. Con él se ha ido un creador genial, un crítico feroz y un maestro que siempre logró hacer realidad su máxima: "Tengo diez mandamientos. los nueve primeros dicen: no debes aburrir". Quizá la clave fuera la frase que siempre tenía sobre la mesa de su despacho: "¿Cómo lo haría Lubitsch?". (decine21)

Lápida de Billy Wilder en Westwood Memorial con el texto: "I'm a writer but then nobody's perfect" ("Soy escritor, pero nadie es perfecto").
"En mis películas no hay grande movimientos de cámara ni puntos de vista destinados a demostrar que soy un director de cine. [...] En Europa, un director puede tomarse todo el tiempo del mundo para crear una atmósfera, y meter un montón de escenas de nubes que se disuelven; pero el público de aquí, si les muestras las nubes por segunda vez, espera ver entre ellas un aeroplano".
"Al público no hay que dárselo todo masticado, como si fuera tonto. A diferencia de otros directores que dicen que dos y dos son cuatro, Lubitsch dice dos y dos... y eso es todo. El público saca sus propias conclusiones".
"He hecho películas que a mí me hubiera gustado ver. Y yo sólo quiero ver películas que me entretengan".
"Una vez me preguntaron: ¿Es importante que un director sepa escribir?, y yo respondí: no, pero sí es útil que sepa leer".
"Para hacer una película hay una sola regla: sólo hay que hacer aquello que sea de utilidad a la película".
"Si el Cine consigue que un individuo olvide por dos segundos que ha aparcado mal el coche, no ha pagado la factura del gas o ha tenido una discusión con su jefe, entonces el Cine ha alcanzado su objetivo".
"He vivido la época en que se temió que el cine se viera desplazado por la novedad de la televisión. Pero no he compartido ese miedo porque sé que la radio y los discos no pueden destruir la ópera. La televisión no ha podido acabar con el cine porque la gente quiere estar allí, quieren ser los primeros, quieren oir las risas de otras personas".
"Es aburrido ver a alguien entrar en una casa por la puerta. Es mucho más interesante cuando alguien entra por la ventana".
"Creen que la lentitud y la solemnidad son sinónimos de profundidad".
Billy Wilder
"Lo único que me partiría el corazón sería que me quitaran la cámara y no me dejaran volver a hacer películas".
"Sobre Ingmar Bergman debo decir que los críticos no tienen ni idea de lo que está diciendo, pero, pese a todo, les chifla... Existe una asociación internacional de ese tipo de críticos, capaces de extasiarse ante el asno muerto de Cocteau envuelto con telas encima de un piano".
"Comprendo sin dificultad por qué Godard ha podido por sí sólo exterminar varias empresas productoras".
"Antonioni seguro que es un gran director, un gran artista. Pero en lo que a mí se refiere, soy incapaz de mantenerme despierto".
"Del mismo modo que todo el mundo odia a Estados Unidos, todo Estados Unidos odia a Hollywood. Existe el profundo prejuicio de que todos nosotros somos tipos superficiales que ganamos diez mil dólares a la semana y que no pagamos impuestos; que nos tiramos a todas las chicas; que tenemos profesores en casa que dan clases a nuestros hijos de cómo subirse a los árboles; que cada uno de nosotros tiene dieciséis criados y que todos conducimos un Maserati. Pues sí, todo esto es verdad. ¡Aunque os muráis de envidia!".
"Quizás El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard) es una película cínica, pero para mí esa película es Hollywood; el guionista, el agente, la estrella olvidada, todos eran retratos del natural".
"Sobre la impuntualidad de Marilyn debo decir que tengo una vieja tía en Viena que estaría en el plató cada mañana a las seis y sería capaz de recitar los diálogos incluso al revés. Pero, ¿quién querría verla?... Además, mientras esperamos a Marilyn Monroe todo el equipo, no perdemos totalmente el tiempo... Yo, sin ir más lejos, tuve la oportunidad de leer Guerra y Paz y Los miserables".
"Marilyn Monroe era de carne, y se fotografiaba de carne. Tenías la impresión de que bastaba con alargar la mano para poder tocarla".
"El problema de Marilyn es que se enamoraba con mucha rapidez. No era la clase de mujer que se supone que debe ser un símbolo sexual, y eso la mató... Marilyn era una mezcla de pena, amor, soledad y confusión".
"Existen más libros sobre Marilyn Monroe que sobre la II Guerra Mundial. Hay una cierta semejanza entre las dos: era el infierno, pero valía la pena".
"Me han preguntado si volveré a trabajar con M. M. (Marilyn Monroe), y tengo una respuesta clara. Lo he discutido con mi médico, mi psiquiatra y mi contable, y todos me han dicho que soy demasiado viejo y demasiado rico para someterme de nuevo a una prueba semejante".
"Marilyn era un absoluto genio como actriz cómica, con un sentido extraordinario para los diálogos cómicos. Tenía ese don. Nunca después he vuelto a encontrar una actriz así".
"Marilyn no necesita lecciones de interpretación; lo que necesita es ir al colegio Omega, en Suiza, donde dan cursos de puntualidad superior".
"Los productores, excepto los grandes, son aquéllos que, como no sabían escribir, no sabían dirigir, no sabían actuar, no sabían componer..., acaban por estar a la cabeza de todo".
"Todos los días miro las esquelas de los periódicos y me fijo sobre todo en la edad del muerto. La mayoría son más jovenes que yo. Me asusto y pienso: a lo mejor, lo único que sucede es que se han olvidado de mí".
"Si hay algo que odie más que el que no me tomen en serio es que me tomen demasiado en serio".
"El exilio no fue idea mía, sino de Hitler".
"Normalmente, cuando te encuentras con una persona que parece insignificante y que no llama la atención se dice: detrás de esa fachada, hay más de lo que parece. En mi caso sucede lo contrario: detrás de mi apariencia hay menos de lo que parece".
"Algunas personas sólo guiñan los ojos para poder apuntar mejor".
