Tremendo lo del fútbol, y la vida en general.
Zidane cuyo equipo no jugaba muy diferente al actual Real, llegó cuando sólo las cosas podían ir a mejor tras Benítez, con esa forma de gestionar el grupo tuvo esa gran flor que hace falta para ganar 3 Champions y una liga y supo irse en el momento adecuado viendo lo que iba a pasar.
A Julen en cambio le pasó que la tentación llamó a su puerta, y no viendo que en el Real sólo podían ir las cosas a peor tomó una mala decisión y su carrera de entrenador difícilmente es ahora remontable, tras ser expulsado de la selección y hoy le cortarán la cabeza en el Real.
Después las paradojas del fútbol, Luis Suárez y Marcelo que eran los gordos de esta temporada criticados por su bajo estado de forma, son los únicos capaces de tener calidad para meter gol y liderazgo entre sus compañeros. Los cambios de Valverde de sacar a Dembelé y King Arturo Vidal que este año le habían salido castaña ayer le van que ni pintado...
En el apartado ya de las realidades lo de los futuros balones de oro, Isco y Asensio es para mirárselo, jugadores que con la edad que tienen no aguantan ni 15 minutos de partido presionando y con gas para tener mordiente arriba. Lo de Bale y Benzemá es también algo paranormal, no se puede tener menos sangre, de hecho representan la indolencia más absoluta en un deporte tan pasional como el fútbol.
Y Ramos y Varane están teniendo fallos que ya cometían pero que este año casi todos terminan en gol, algo que con Zizú y su flor ocurría menos, pero no hay que olvidar que estos mismos con CR7 terminaron el año pasado a 16 puntos del barsa y fuera de la copa, pero la Champions lo tapó todo.
En el Barsa está claro que cuando te falta un tipo tan superlativo como Messi ha hecho que todos aprieten el trasero, y si bien el juego en ataque es bastante simple aunque efectivo, la presión del primer tiempo de ayer y del día del Inter es lo que propicia que el equipo rival parezca que no sabe jugar y ese tipo de cosas hay que darles valor porque son fundamentales para ser un equipo rocoso. Esperemos que con la vuelta de Messi no volvamos a darle el balón a él y mirar a ver qué pasa...