De lo que se come se cria: leido en http://www.lasprovincias.es/valencia/pg ... L-215.html
CULTURA
Valencia
Málaga y Sitges doblan a la Mostra en espectadores con un presupuesto similar
El certamen valenciano continúa, tras 26 años, sin contenidos ni criterios definidos
Tres festivales nacionales tuvieron el año pasado más de dos millones de euros de presupuesto, Málaga, Sitges y la Mostra. Mientras que los dos primeros congregaron a 105.000 y 85.000 personas, el certamen valenciano se quedó en 39.000. El festival del Mediterráneo continúa, tras 26 años, sin contenidos ni criterios definidos.
MIKEL LABASTIDA/ VALENCIA
Nuevo rumbo para la Mostra de Valencia. El cineasta Juan Piquer, hasta ahora subdirector del certamen, ha tomado el timón del festival para consolidar una cita con el cine que, tras 26 años, sigue sin encontrar el rumbo en su programación y sin el beneplácito del público.
Piquer releva a Escrivá y se convierte en el octavo responsable de la Mostra. Su primera decisión ha sido cambiar de nueva la fecha del certamen y trasladarlo a octubre, después de que la última edición fuese en julio. Este cambio es un nuevo impedimento para fidelizar a los cinéfilos con el festival valenciano.
La Mostra es uno de los certámenes con mayor presupuesto de cuantos se celebran en España, sin contar con San Sebastián, que dispone de un respaldo económico acorde con su categoría internacional (con Venecia, Cannes y Berlín).
197 certámenes nacionales
De los 197 certámenes cinematográficos que se celebran cada año en el país, sólo tres cuentan con más de dos millones de euros. En 2004, con estas cifras se movieron Málaga (2.900.000), Sitges (2.400.000) y Valencia (2.050.000).
Los resultados de los tres fueron dispares. Mientras que Málaga superó los 100.000 espectadores y Sitges congregó a 85.000 personas, la Mostra de Valencia apenas alcanzó los 40.000 asistentes. Otros certámenes como el de Sevilla, con 1.110.000 euros, llegó a los 55.000. Huelva, con 585.000 euros, también superó las 40.000 visitas.
Citas de menor relieve como Cinema Jove o L’Alternativa de Barcelona, que se organizan con menos de un millón de euros, lograron en 2004 acercarse al número de asistentes de la Mostra. El primero obtuvo 35.000 y el segundo, 32.000.
A los datos del público, hay que añadir los criterios de prestigio, más difícil de contabilizar. Una de las formas de evaluarlo es el interés de los profesionales de la industria por hacer hueco en sus agendas para asistir al certamen o que decidan estrenar en él su último trabajo.
Málaga se ha consolidado, en sólo ocho ediciones, como la cita por excelencia del cine español. El año pasado se proyectaron 24 títulos, recibió a 900 profesionales y se solicitaron más de 600 acreditaciones de prensa. Unas cifras lejanas a las logradas en Valencia, donde la presencia de rostros populares es escasa, si no hay un talón de por medio.
Otro certamen de referencia es el de Valladolid, que en 2004 dispuso de 1.600.000 euros. Fernando Lara ha sido su director durante veinte años (ha renunciado a su puesto en favor de Juan Carlos Frugone para ocuparse del Instituto de Cinematografía). Esta estabilidad (y que no se haya visto enturbiado por ningún escándalo económico) sitúan al certamen como uno de más los prestigiosos, lo que reporta que cineastas de la categoría de Ken Loach, Campanella o Mike Nichols lo hayan escogido para estrenar película.
Sitges se caracteriza por el terror, Huelva por la procedencia iberoamericana y Sevilla por el deporte. La Mostra sigue, después de 25 años, sin tener un criterio único para diseñar su programación, lo que despista a los distribuidores, productores y al propio público.
Uno de los objetivos de Piquer será dotar de un contenido único al certamen que lo distinga del resto nacionales para atraer la atención de público y crítica.
Un saludo