Rigurosamente incorrecto. La política es la ordenación de la vida cotidiana que los ciudadanos (polis=ciudad & =pluralidad) se otorgan a sí mismos. Establecer una equivalencia entre los conceptos de arte y poder es aterrador, pero mucho más preciso de lo que tal vez tú mismo piensas.guantemano escribió:La política, tenlo en cuenta, es el arte de obtener y conservar el poder. El Arte (un concepto también discutible, en eso estoy de acuerdo contigo) se sostiene por encima de la vida cotidiana, por eso no pueden entrelazarse. Pertenecen a ámbitos distintos.
Nada pertenece a un ámbito distinto del de la vida cotidiana. Privilegiar el arte sobre la existencia del hombre es minimizar a este, y reducir la experiencia a una suerte de hitos trascendentes que sólo giran en torno a sí mismos. Por cierto, si se sostiene encima de la vida cotidiana (permíteme la ironía), ¿no caerá encima de esta aplastándola?
guantemano escribió:Te cambio todo el (abominable) arte soviético por unos cuantos versos de Saint John Perse. A ver quién respira mejor.
¿Abominable? ¿Estás seguro? ¿También Maiakovski, y Vertov, y Eisenstein, y Pudovkin, y Dovjenkho? Por Saint John Perse reconozco que no cambiaría ni un yogur caducado.Vladimir Maiakovski escribió:"Por todos vosotros,
a los que amé y a los que amo,
a los que buscais imágenes
para guardarlas en la gruta del alma,
alzaré lleno de cánticos mi cráneo
como en un brindis una copa de vino"
Querido coforero, ahí te has desvelado. Si la estética lo es todo, antes que una estética de la ausencia de ética (pura lógica aristotélica) estás propugnando una estética de la no ética. La estética como cuerpo astral (o cuerpo celeste, según la necia de Lucía Echevarría), como intangible, como bien inmutable, como ideal inaccesible e indiscutible. En definitiva, Dios. Menos mal que gente como Hegel, Marx, Nietszche o Freud (entre otros) desmontaron ese discurso hace ya tiempo.guantemano escribió: La estética lo es todo.
La estética lo es todo: un pensamiento aterrador. La estética que no tiene responsabilidad alguna por el mundo en (¿sobre?) el que se sostiene. Esa es la premisa que ha permitido un número atroz de aberraciones.
En la medida en cada uno de estos gestos remite a un orden social que se perpetúa o se reformula según cómo sea realizado, son esencialmente políticos (¿o crees- permíteme ser gráfico hasta rozar la grosería- que defender el culto a la comida [la gastrolatría] remite a lo mismo que considerarla un accidente obligatorio?; ¿crees que obligar a una mujer a la sodomía es lo mismo que practicar el sexo oral de mutuo acuerdo, no necesariamente explícito?; ¿crees que la sociedad en la que eres [un "tú" impersonal] un capataz de esclavos es la misma en la que eres un esclavo? ...). La sociedad en la que vivimos la construimos nosotros o, al menos, tenemos una amplia cuota de responsabilidad (no hablo del culto pacato al voto, sino de la participación constante) en la forma en que se construye. Eludirla es, literalmente, escurrir el bulto.CKDexterHaven escribió:Creo que estás totalmente equivocado, la mayoría de nuestros gestos no son políticos: comer, beber, dormir, conducir, trabajar, estudiar, follar... no veo de qué manera muestran estos actos la forma en la que creemos que tiene que ser administrada la sociedad.
Sabría que, al elegir la abstracción, ha renunciado a la posibilidad de involucrarse en la representación directa de su realidad y, por tanto, en su exploración y conocimiento consciente. El arte abstracto es otro fraude en el que el timado, como de costumbre, es el ser humano.CKDexterHaven escribió:¿Viendo un cuadro abstracto de un autor anónimo sabrías decir cuales son sus principios éticos?
Salud, comas y República