El ejército de Estados Unidos le encargó en 1942 al director Orson Welles la realización de un documental para alentar a los soldados que marchaban rumbo a Europa a pelear contra los nazis. La obra se tituló Tanks (Tanques), pero misteriosamente no se llegó a utilizar para su cometido original. El cortometraje, un potente filme nunca fue proyectado para los combatientes y durante años permaneció inédito. Ahora, el coleccionista argentino Roberto Di Chiara, asegura ser el poseedor de una de las pocas copias existentes del trabajo de Welles en el mundo. Di Chiara, dueño de Archivo Di Film, uno de los más grandes del mundo con más de 25.000 películas, asevera que los rollos de este cortometraje son únicos, ya que «ni el Vaticano ni la Biblioteca del Congreso, con los archivos más importantes y extensos del mundo, poseen Tanks».
El corto, de diez minutos de duración, lo presenta 'The Office for Emergency Management' y Orson Welles, como relator, es el único nombre que figura en los títulos de crédito. «Forjamos el armamento de la victoria. Creamos el tanque de hierro blindado M-3, el tanque de la destrucción, un nuevo poder que se suma a la democracia, un temeroso vehículo de la muerte», afirma el autor de Ciudadano Kane en el filme para el departamento de Defensa estadounidense.
Pánico en las ondas
El ejército de Estados Unidos era consciente de la poderosa arma de persuasión que constituía la obra de Welles, aún más tras su trabajo radiofónico titulado La guerra de los mundos, que el domingo 30 de octubre de 1938, el realizador de Campanadas a medianoche provocó el pánico de más de un millón de personas. Algunas llegaron a quitarse la vida. Fue a través de la CBS y tras narrar con gran realismo una invasión de los marcianos, y todo gracias al guión que escribiera el autor H. G. Welles.
Una vez que se comprobó el poder de la ficción a través de una obra presentada con todo el realismo posible, con la inclusión de efectos especiales radiofónicos, Orson Welles invitó a los oyentes de la época a que «recuerden, por favor, la lección terrible que aprendieron aquella noche. Ese invasor globular, reluciente, que apareció haciendo muecas en la sala de nuestras casas, es sólo un habitante de la imaginación».
En 1942 el cine es el medio de comunicación más poderoso junto a los diarios y la radio ante la aún inexistente televisión. El único acontecimiento de alcance mundial además de la primera gran guerra había sido, en 1910, la aparición súbita del cometa Halley. Una película con la voz de Welles era una oportunidad para conmover y convencer a las tropas estadounidenses. Así pensaron los responsables de propaganda del ejército, y de esta manera Welles comenzó a diseñar su arma secreta de persuasión, la arenga visual para las tropas en Europa.
En Tanks se escucha en off a Welles, quien pretendió «impactar con el arma más mortífera: el tanque. Y nos hemos volcado día y noche a la fabricación de un arma poderosa». La potencia letal del tanque ya había sido demostrada en anteriores contiendas y en la Guerra Civil española. Welles pretendía exponer con su tanque particular que Estados Unidos disponía del arma total, antes de que la perversión bélica creara la bomba atómica. El tanque del realizador era una poderosa arma que acabaría rápidamente con el enemigo.
Monstruo letal
El filme muestra el proceso de producción de la mortífera máquina, desde la generación de sus piezas en una línea de montaje, pasando por su ensamblaje en un gigantesco torno. Decenas de trabajadores participan en el proceso industrial que dará a luz a la poderosa arma y todo ello con un fondo onírico, en un paisaje bucólico.
El cortometraje destripa hasta el detalle más insignificante de la máquina, y la cámara se detiene en todos los aspectos, desde la torreta blindada en la que se situará el conductor de tan letal artefacto, las garras de hierro con las que atravesará el campo de batalla y la Tierra que tiembla con sus disparos. Al corto le acompaña una música que oscila entre el suspense y el tono victorioso de los himnos militares.
El relato del corto, según narra Roberto Di Chiara, se refiere a «la fuerza, empuje y poder que fluye en su carrocería, construida para poder doblegar cualquier obstáculo que encuentre a su paso. Se aprecian sus garras de hierro desenrrollándose, la oruga abierta en todo su esplendor». Las imágenes pretenden exponer el poder ilimitado de tiro de los cañones mortíferos «contra el tirano», en una guerra que el mismo Orson Welles califica de «desesperada».
En la parte final del cortometraje, las máquinas de guerra son transportadas en los vagones de unos trenes cubiertos de telas negras, como si fueran gigantescos ataúdes, hasta los cuarteles de Fort Knox, el gran arsenal del ejército de Estados Unidos. Más tarde, las máquinas cruzan el Atlántico, hacia el combate.
Welles compone una especie de oda de la muerte, de exaltación del poder del ejército estadounidense, de su carácter invencible, aún más con la invención del tanque, de Tanks.
Centro documental
El centro documental de Roberto Di Chiara es uno de los más ricos de Hispanoamérica. Las cifras son apabullantes. En su colección hay 25.000 películas, 52.000 noticieros cinematográficos, 200.000 fotos, 180.000 cintas de televisión y 34.000 programas de radio.
Estos fondos documentales son propiedad de Di Chiara, un periodista que se inició en el legendario periódico Crítica, para posteriormente continuar en Clarín y ser fundador de Clarín Revista.
Di Chiara creó en 1949 el Archivo Di Film y ubicó sus instalaciones en la localidad de Florencio Varela, próxima a Buenos Aires. El material se guarda en dos depósitos de Florencio Varela; pero todo lo relacionado con el cine mudo y la actividad de la guerrilla setentista fue puesto en una bóveda bajo tierra, en algún lugar de la localidad de Chacabuco, en la provincia de Buenos Aires.
Entre las muchas joyas de este centro de documentación se encuentra una cinta de treinta segundos en donde se ve a Carlos Gardel en el hotel Miramar en su último o penúltimo día en Colombia, antes de matarse en Medellín. Di Chiara siempre se ha jactado en sus declaraciones a la prensa de «tener lo que no tiene nadie». Uno de sus últimos hallazgos consiste en la versión cinematográfica que Margarita Xirgu interpretara en 1935 de la obra teatral lorquiana Bodas de sangre.
Ni que decir tiene que no está en el emule, ya lo he mirado. Aunque buscando, buscando me he encontrado un e-link francés con muy buena pinta al documental El Asunto Dominici:
-Orson.Welles.-.L'affaire.Dominici.(DivX.Documentaire.voix.francais.original.french.no.Subs.-.for.hardcore.fans.only.TVRip.by.Richter).avi 
La información sobre Tanks pertenece a esta página:
http://servicios.diariovasco.com/pg0402 ... L-230.html
asb
