This Is My Street (1964)
País: Reino Unido
Duración: 94 minutos
B/N
Director: Sidney Hayers
Guión: Bill MacIlwraith, Nan Maynard
Productor: Jack Hanbury, Peter Rogers
Director de fotografía: Alan Hume
Música: Eric Rogers
Más información
Reparto: Ian Hendry, June Ritchie, Avice Landone, Meredith Edwards, Madge Ryan, John Hurt, Annette Andre, Philippa Gail, Mike Pratt, Tom Adams, Hilda Fenemore, Susan Burnet, Robert Bruce, John Bluthal, Carl Bernard, Margaret Boyd, Patrick Cargill, Margo Johns, Derek Francis, Ursula Hirst, Sheraton Blount
Sinopsis y comentarios: Bored housewife has an affair with her mother's lodger. When he dumps her, she attempts suicide, which brings everyone to their senses.
COMENTARIO DE JUAN CARLOS VIZCAÍNO (Cinema de Perra Gorda):
https://thecinema.blogia.com/2023/07120 ... ayers-.php
COMENTARIO DE FELIPEMARLOU
Arriba el director Sidney Hayers en plena faena en el rodaje de Assault (1971).
A la derecha la pareja protagonista de This is my street (1964) Ian hendry y June Richtie en su
primera colaboración juntos, la inédita Live now, play later (Jay Lewis, 1962)
CINE DE BARRIO: CONTEXTUALIZANDO UN POCO EN EL "NUEVO CINE INGLÉS"
Esta peli podría decirse que se inscribe en la “nueva ola” del cine inglés que llegó a finales de los 50’s, una serie de películas que viraban el rumbo tradicional en cuanto a algunos temas considerados “más fuertes”, y arropados por imágenes más realistas. La temática era el drama, su forma venía plasmada mediante gélidas imágenes en blanco y negro de corte casi naturalista, y el sustrato de fondo la clase trabajadora, la lucha de clases, el racismo o incluso la homosexualidad, etc…. De alguna forma, suele asociarse ese cambio con la llegada de los cineastas del “movimiento” free cinema, con Tony Richardson a la cabeza (o por lo menos desde el punto de vista cronológico). Sin embargo a veces una determinada corriente no es sino la suma de elementos e influencias con orígenes rastreables en el pretérito, afluyentes que de forma progresiva han ido coadyuvando en su imparable camino hacia nuevos modos y formas y romper con lo establecido. En este sentido, y enlazando con esta serie de películas, dramas sociales, o “sink kitchen” como algunos lo bautizaron y al que podría adscribirse el filme que hoy presentamos, cabe pensar en el estimable filme Woman in dressing gown (1957) de J. Lee Thompson, como pieza anticipativa importante, por cuanto intenta eludir cierto tipo de velada moralina en la que parecen caer algunas coetáneas obras del momento. Y es dicho cineasta con obras como Yield to the night (1956) e incluso con su predecesora por temática The weak and the wicked (1954) quién ya había apuntalado eso antes. Claro que todo ese tipo de cine, que no eludía con mayor o menor medida cierta crítica social al sistema, a su vez tenía una serie de influencias y antecedentes en films de Jack Lee, Muriel Box, Basil Dearden de principios de los 50’s o incluso a finales de los 40’s (David MacDonald). Una corriente de filmes sociales que van adquiriendo sutil y progresiva dureza, al compás del debilitamiento de la censura por los nuevos tiempos. Basil Dearden es un buen ejemplo de ello. Basta comparar entre sí The blue lamp (1950), con Shapphire (1959) y Victim (1961). La evolución es más que notable. No sorprende que también él ruede A place to go (1963), aún inédita en nuestro país; de alguna forma parece estar diciendo, ante ese caudal de pelis, ”señores, si yo casi inventé esto”, reivindicando así el lugar de honor que por derecho se merece. Y es en ese momento concreto de 1962- 1963 - cuando Dearden con la citada peli viene a cerrar el círculo tras el barrido efectuado en el decenio precedente - donde encontramos el punto álgido, aquel donde confluyen variados cineastas, que van desde los emergentes Donner, Furie, Forbes, Schlesinger, Winner, Glenville, y por supuesto Lindsay Anderson (el más radicalizado del free cinema y tardío en su debut) hasta algunos más veteranos como Guy Hamilton, Wolf Rilla, pasando por Tony Richardson (quien parece despedirse para tomar rumbos distintos) o incluso el Losey de The servant (1963). Evidentemente los aportes se extenderán hasta el primer lustro de los 60’s, conectando en la intersección con el segundo con el director Ken Loach, en quien puede verse de alguna forma una radicalización de dichos modos formales y de contenido y que, en paralelo a otros aportes que seguirán llegando de Forbes, Narizzano, Clayton, etc, conducirá a la hornada televisiva de principios de los 70’s con Leigh y Frears, entre otros. De hecho, sin apartarnos del medio catódico, la longeva Coronation street, concebida como serial televisivo (o "soap opera" como se suele decir) ya data de 1960 y nos habla del día a día de un barrio muy en la línea del filme que hoy comentamos. Seguramente tuviera influencias de dramaturgos del tipo John Osborne y otros jóvenes airados que como es sabido nutrirían parte de los contenidos de algunos de los hombres del "free cinema". Pero como ya se ha visto todo está muy sutil y gradualmente retroalimentado. Las fronteras a veces están algo diluidas, aunque se diga o piense que el origen de todo esto fuera el "free cinema", recordemos, el movimiento formado por Tony Richardson, Karel Reisz, y Lindsay Anderson, jóvenes críticos que pasarían a la dirección de cortometrajes de corte documental-realista (al igual que los franceses de la futura Nouvelle Vague). Tanto es así que el propio Richardson negaría más tarde que fuese ni género ni movimiento ni nada. Y probablemente tuviera razón, más allá de algunas evidentes constantes. Las nuevas corrientes no inventan nada, quizás cobran fuerza porque coinciden en determinado momento histórico, pero no inventan nada.
Abajo algunas muestras del nuevo cine inglés. De Izquierda derecha fotogramas de:
Woman on dressing gown (J. Lee Thompson, 1957), Look back in anger (Tony Richardson, 1959), A room at the top (Jack Clayton, 1959), Saturday night, sunday morning (Karel Reisz, 1960), Victim (Basil Dearden, 1961), A taste of honey (Tony Richardson, 1961), The party is over (Guy Hamilton, 1962), The L-Shaped Room (Bryan Forbes, 1962), A kind of loving (John Schlesinger, 1962), Term of trial (Peter Glenville, 1962), The Loneliness of the Long Distance Runner (Tony Richardson, 1962), The servant (Joseph Losey, 1963), The small world of sammy Lee (1963), The caretaker (Clive Donner, 1963), This sporting life (Lindsay anderson, 1963), West 11 (Michael Winner, 1963), The leather boys (Sidney J Furie, 1964), Four in the morning (Anthony Simmons, 1965), I was happy here (Desmond Davis, 1966), The whisperers (Bryan Forbes, 1967)
Contextualizado ya un poco, y yendo al asunto, This is my street (1964) puede considerarse una película muy característica de ese tipo de cine. Basada en la novela homónima de Ken Maynard, es una interesante pieza que esconde soterradas capas de lectura, a partir del retrato que efectúa Hayers sobre una serie de personajes en un barrio de clase trabajadora en Londres y que acaban convergiendo en 2 historias paralelas, para luego acabar en una sola. Quizás quede algo descompensada la otra historia al acabar un poco antes de tiempo, no sé si por un trabajo de poda respecto a la novela. Desconozco también si por un problema de la adaptación hay elementos quizás no expresados con la contundencia necesaria…Concretamente uno de ellos es el hecho de la sensación de un barrio en el que los personajes parecen quedar condenados a no poder escapar, a quedarse ahí para siempre, al estilo de algunos filmes italianos o Españoles (Masselli, Bardem, el Buero-Vallejo en Historia de una escalera)... Pero aunque esto lo diga en algún momento la madre de Marge y Jinny, carece de fuerza…son las imágenes las que deben preceder a la palabra, so pena de incurrir en lo forzado. Que nadie espere encontrar ambiciosas reflexiones filosóficas a lo Dostoyevski, ni por supuesto, por salir de las coordenadas de este tipo de cine la contundencia de la recia The leather boys (1963). Pero sí hay chicha, aparte de que como veremos luego hay un elemento importante, si entendemos el cine como una suma de forma/fondo, que juega a su favor. Hayers ofrece a partir de las diferentes sub-tramas que vertebran el guión un sutil enunciado sobre la lucha de clases (como en otras emblemáticas obras, con sus respectivos matices, del Clayton, Reisz, o Losey de la época), o sobre la lucha de poder y ese tipo de jerarquías que también se producen en el campo de las relaciones de pareja. Todo ello viene expresado sin hacer tampoco demasiado spoiler, en las dos historias “paralelas” y que alguna forma constituye el reverso y complemento entre sí. En la primera es el crápula de Harry (Ian Hendry) quien ejerce presión sobre Marge (June Richtie), pero también es el médico joven que va a casarse con la hermana de aquélla, Jinny, el que ejerce presión invisible sobre ésta. La discusión que tiene con ella (por culpa de Harry) zanjada con indisimulada arrogancia es ilustrativa al respecto, y redunda en lo que había apuntado la madre de Jinny: es él y no nosotras (humildes) el de la “clase privilegiada”. En la segunda, es otro médico, mayor y casado, el que acaba sometido y convertido en el mirlo blanco pagafantas, pues cede ante el chantaje sexual al que le somete la joven aunque experimentada Maureen…pero, ojo, a la que al mismo tiempo está “comprando”. Los personajes de esta peli, y por supuesto no excluyo al marido de ésta (el típico de “joder llego a casa, y mi mujer no me tiene hecha la comida”) o a su jefe (que le promete un ascenso a cambio de cena y sexo) parecen tenerlo muy claro. Hay que sobrevivir, hay que ejercer el poder. Y esta peli además y cómo apuntaba líneas más arriba, aparte de sutil en el fondo, también lo es en la forma, pues es a través de ella, de su puesta en escena y de su montaje, donde se apuntalan ideas y conceptos que no vienen del simple texto trasvasado a imágenes. O lo que se ha venido a llamar “lenguaje cinematográfico”. En este sentido me han parecido notables sus encadenados en la transición de plano, por cuanto a significaciones conceptuales. A veces funcionan como sutil elipsis, o por contraste, por las contradiciones de los personajes, sensaciones…¡chapeau! Eso es el cine. Por supuesto hay más detalles que acreditan el buen hacer de Hayers tras las cámaras. La escena hacia el último tercio del filme, con Maureen y un jovencísimo John Hurt hablando en la barra del bar y el espejo en primer término, sería un buen ejemplo de ello.
No hablaremos más, ni haremos spoiler (y perdón por el anglicismo) no me gusta destripar…que cada cual la vea y diga lo que le parezca.
La peli ha sido posible a través de lo subtis ingleses e italianos que alguien subió a la red. Hace años cuando posteé la peli ya tenía ganas de verla, por esos extraños mecanismos que produce el cine. Aunque no me la esperaba así, no me ha decepcionado. Creo que merece descubrirse.
Capturas:
Datos técnicos:
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Enlace al amule:
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Subtítulos en español de felipemarlou en descarga directa:
https://www.opensubtitles.org/es/subtit ... -street-es
Muchas gracias Felipe, me apunto!
