Abe Lincoln in Illinois (John Cromwell, 1940) DVDRip Dual SE

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Foratul
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Abe Lincoln in Illinois (John Cromwell, 1940) DVDRip Dual SE

Mensaje por Foratul » Lun 24 Nov, 2008 23:54

Abe Lincoln in Illinois (Johm Cromwell, 1940)

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IMDB - decine21

Lincoln en Illinois
Abe Lincoln in Illinois
Año de producción: 1940
Dirección: John Cromwell
Intérpretes: Raymond Massey, Gene Lockhart, Ruth Gordon, Mary Howard, Minor Watson, Harvey Stephens, Alan Baxter.
Guión: Robert E. Sherwood
Música: Roy Webb
Fotografía: James Wong Howe
Distribuye en DVD: Manga Films (quicir que es DVD nominal) Extras DVD: Español e inglés mono. Fichas. Filmografías. :cabezon:
Duración: 110 min.
Público apropiado: Jóvenes
Género: Biográfico
Contenidos: Acción 0, Risas 0, Sexo 0, Lágrimas 1, Amor 3, Violencia 0 [de 0 a 4]

Un abogado con futuro
Biografía centrada en los primeros años de Abraham Lincoln. Antes de ser elegido diputado, Lincoln ejercía como abogado en Illinois, donde se labró un sólido prestigio, por su defensa apasionada de los más desfavorecidos, y su lucha contra la injusticia. El film se centra también en su primerizo romance con Ann Rutledge.

El canadiense Raymond Massey interprete al célebre presidente. El film -similar a El joven Lincoln, de John Ford- está basado en una obra de Robert E. Sherwood, premiado con el premio Pulitzer.

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Texto publicado en el blog : Un mundo de cine.com Lincoln en Illinois IR
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El camino de un hombre hacia la Casablanca


El decimosexto presidente de los Estados Unidos de América sigue estando de plena actualidad. Mientras Steven Spielberg prepara el rodaje de una nueva película sobre su vida, coincidiendo con el bicentenario de su nacimiento que se celebrará el año próximo, el candidato a la presidencia por el partido demócrata, el Senador Barak Obama, reivindica su figura, estableciendo además paralelismos con su biografía y con la historia. La cinta dirigida por John Cromwell en 1939 con Raymond Massey en el papel de Lincoln contiene la que posiblemente sea la mejor interpretación del personaje.

Dentro de unos pocos días, el 10 de febrero, hará un año que un joven senador por Illinois, Barak Obama, inició su carrera a la presidencia de los Estados Unidos. Anunció su candidatura escogiendo un lugar simbólicamente emblemático, la capital del estado donde realizó la mayor parte de su carrera política el decimosexto presidente de su país. Y lo hizo junto al Capitolio de la ciudad de Springfield, donde precisamente Abraham Lincoln en 1858 pronunció uno de sus más famosos discursos, en el que manifestó que una casa dividida contra sí misma no puede mantenerse, condenando abiertamente la esclavitud. Hoy, ciento cincuenta años después, Lincoln sonreiría para sus adentros viendo como un hombre de color, que al igual que él tan sólo lleva dos años en el Senado por el estado de Illinois, es un firme candidato a la Casa Blanca.

La política, vinculada a la historia pasada y presente de la democracia norteamericana, ha sido un tema que siempre ha estado muy presente en el cine estadounidense, resultando el vértice de esta pirámide, su presidencia y los hombres que la han ocupado, objeto de múltiples miradas cinematográficas (ver final del artículo). De entre todos ellos, el presidente que abolió la esclavitud ha resultado ser el inquilino de la Casablanca más veces agraciado.

Son un centenar las películas y series de televisión las que han abordado la vida del presidente norteamericano, desde las que le han tenido como principal protagonista de la trama hasta en las que sólo ha servido para un breve cameo interpretativo. Pero de entre todas ellas, sólo un actor logró estar nominado por este papel al Oscar al mejor actor, Raymond Massey. Fue en 1941, la película la había dirigido John Cromwell y se tituló Lincoln en Illinois (Abe Lincoln in Illinois, 1940).

Un Biopic basado en un premio Pulitzer

En 1940 el director John Cromwell, responsable poco antes de un título mítico en el género de aventuras de capa y espada (El Prisionero de Zenda, 1937) dirigió este biopic realizando incluso un cameo en la película en la piel de John Brown. Cromwell, llegado al cine desde el mundo del teatro, no es de extrañar que eligiera a Massey para el papel, dada la importancia que confería a la actuación y los diálogos en sus películas.
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No es de sorprender su buen guión pues está basado en la novela “Abe Lincoln in Illinois” con la que el escritor Robert E. Sherwood había ganado su segundo premio Pulitzer en 1939 y al que todavía le quedaría por alzarse con dos más. Sherwood quien posteriormente escribiría guiones de la talla de Rebeca (1940) o Los mejores años de nuestra vida (1946), por la que ganó un Oscar, colaboró en la adaptación del guión junto a Grover Jones.

Raymond Massey quien ya había trabajado con Cromwell en El Prisionero de Zenda, era un actor canadiense que realizó los inicios de su carrera teatral y cinematográfica en Gran Bretaña, llegando a ser puesto en nómina por el productor y director Alexander Korda. Sus pómulos ampulosos, poderosas cejas, semblante serio, voz grave y potente, su alta estatura y aspecto desgarbado, le permitieron dar vida a personajes normalmente secundarios pero a los que revestía con su rostro de una gran personalidad, como el John Brown de Camino de Santa Fé (1940). En 1939 actuó sobre los escenarios encarnando al presidente Lincoln en la obra Abe Lincoln in Illinois, basada en el libro de mismo nombre. Su lograda interpretación le valió el mismo papel en la adaptación cinematográfica. No sería la última vez que lo haría en el cine, en 1962 lo encarnó de nuevo en la superproducción La Conquista del Oeste, concretamente en una breve aparición en la parte dirigida por John Ford. Y en los años 50 en el drama televisivo “The Day That Lincoln Was Shot”.
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El reparto se completó con Gene Lockhart como Stephen Douglass, su rival en la elección a la presidencia; y Ruth Gordon (actriz ganadora de un Oscar en 1969) en su primer papel en el cine, como la esposa de Lincoln, Mary Todd.

Fue aclamada como la mejor película realizada hasta el momento sobre Lincoln y Massey nominado al Oscar al mejor actor. Pero el éxito de crítica no acompañó en taquilla en una época con numerosos biopics y cuando mismamente John Ford acababa de estrenar el año anterior El Joven Lincoln (Young Mr. Lincoln, 1939) con Henry Fonda en el papel protagonista.

La historia del personaje

La película hace un recorrido de 30 años por la vida de Abraham Lincoln desde el momento en que abandona el hogar familiar en el año 1831 hasta que toma el tren presidencial que le llevará (tras ser elegido) a Washington desde la ciudad de Springfield en enero de 1861. Se trata de un retrato que va enlazando su propio periplo vital con los diversos momentos que lo van convirtiendo en un hombre público. Dicho retrato es profundamente amable con el personaje, mostrándonos un Lincoln sencillo en sus maneras y en sus ambiciones, el cual únicamente anhela una feliz vida familiar, alejada de la tumultuosidad de la política. Pero a quien los hechos y quienes le rodean a través de su confianza y continuo espoleo, empujan a encarar la responsabilidad de tomar parte en el destino de su pueblo primero y su nación más tarde.

La placidez del hogar, punto de partida

Las primeras imágenes, las que acompañan a los títulos de crédito nos van mostrando diversas estampas de esa América salvaje y de tierras vírgenes, con sus bosques, sus ríos navegables y las caravanas que las cruzan en plena colonización de Norteamérica. Representan el recorrido de su familia y los estados en los que Lincoln vivió sus primeros años, Kentucky (donde nació), Indiana e Illinois (vemos un ciervo de cola blanca, mamífero representativo del estado) todos ellos en el medio oeste, al sur de los Grandes Lagos, colonizados entre finales del XVIII y principios del XIX, y convertidos los dos últimos en miembros de la Unión en torno a 1815.
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En la primera escena vemos el interior de la humilde cabaña de los Lincoln, el cual yace cómodamente en el suelo al calor del hogar encendido leyendo un volumen de poesía de Shakespeare, junto a él su padre y su segunda esposa (la madre de Abraham murió cuando él tenía 6 años, pero eso no lo sabemos, tan sólo nos lo figuramos cuando en la despedida a pesar de llamarla madre, ella le dice que no estaría más orgullosa de él si fuera su propio hijo). La placidez del hogar familiar contrasta con el mundo exterior, es un día de lluvia y escuchamos decir al padre decir “nieve en el invierno y tormentas en la primavera, casi no nos quedan provisiones y la tierra no da nada aún, si seguimos aquí nos moriremos de hambre” (la temperatura en Illinois puede bajar 12 grados en apenas una hora y el invierno de 1830 fue especialmente duro). A lo que su esposa le contesta que siempre dice lo mismo de todos los sitios donde están (los padres de Lincoln emigraron de Virginia a Kentucky en busca de nuevas tierras, tras morir su madre, se trasladaron a Indiana cuando tenía 7 años, y en 1830 se instalaron en Illinois).

Su padre le reprocha suavemente que se pasa todo el día leyendo (tarea poco productiva para una familia que trabaja el campo y reflejo de que Lincoln fue en parte autodidacta en su educación y formación). Del exterior llegan dos hombres para buscarlo en el que va a ser su primer trabajo fuera de casa, transportando cerdos por el río hasta Nueva Orleáns. Es la primera vez que se menciona Springfield, referido como “un pueblo” desde el que partirá en su nueva tarea. Lincoln no sabe que será en esa ciudad donde más tarde desarrollará su vida familiar y su carrera política. Su “madre” (tiernamente encarnada por Elisabeth Risdon) pesarosa por la repentina noticia, sin embargo le dice en una escena más intimista incluso que todo el conjunto, que no tiene ninguna duda de que algún día triunfará. Y le ofrece un consejo que Lincoln responde que no olvidará y que recordará más tarde en el momento crucial de la película donde toma la decisión que cambiará su vida: “Vayas donde vayas, que la Biblia sea tu mejor guía. Lo mundanal pasa, pero quien hace lo que Dios ordena, después tendrá una vida mejor”. La despedida se confirma con un nada baladí “Sé bueno”.

Su iniciación en la vida pública

El fundido nos traslada ya al río donde vemos a Lincoln a bordo de una barcaza que trasnporta cerdos río abajo por el río Sangamon (un trabajo muy bien pagado por el que cobrará 30 dólares al mes). Las vías fluviales eran todavía en aquella época a través de ríos navegables como el Missouri o el Mississippi las principales salidas al comercio de los productos de la región del medio oeste, transportando éstos hasta puertos del sur como Nueva Orleáns (en el golfo de México). Más tarde con la aparición del ferrocarril, este comercio sería disputado por los estados industrializados del norte en la costa este.
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Pasan por el pueblo de Nueva Salem, donde un percance les hace detenerse y a Lincoln conocer a una joven Ann Rutledge (Mary Howard) mientras recupera los cerdos huidos y con la que entabla un gracioso diálogo, quedando prendado de ella. Al reanudar el viaje ello le lleva a aceptar “con mucho gusto” el ofrecimiento que su patrón le hace para trabajar en la tienda que abrirá a su regreso en Nueva Salem.

Las aguas del río se funden con la rueda de la diligencia de Springfield, Lincoln regresa en ella a Nueva Salem. Es día de elecciones, vemos a un pintoresco veterano de la Guerra de Independencia (que juega en la película un rol cómico similar al de Walter Brennan posteriormente en Río Bravo (1958). Pero la caricatura de este personaje, subido en una improvisada tarima dirigiendo sus palabras a los ciudadanos y del que algunos se ríen, no debe hacernos perder atención a lo que dice aunque sea de pasada “si el gobierno está corrompido ¿por qué no hacéis algo para remediarlo?” e introduce una máxima importante pero cuyo significado puede pasar desapercibido aún a estas alturas de la película “en el año 1776 (el de la Independencia) declaramos que todos los hombres somos iguales”.
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Un grupo cercano al estado ebrio provoca un pequeño altercado e intimida a los lugareños, nadie interviene, ni siquiera Lincoln (quien responde que nunca pelea), pero por caballerosidad hacia la dama de la que se ha enamorado toma partido y lucha con el principal alborotador. El puntapié dado a la chistera en el suelo marca un antes y un después en la película, Lincoln, un hombre pacífico y confiado ha dado el paso de involucrarse, y al recordar en medio de la pelea que de niño “nunca me gustaban los purgantes, pero siempre me hacían tomarlos” anuncia lo que va a ser una constante en el resto del metraje, donde es empujado por quienes le rodean y por las circunstancias. Hay cosas que te pueden no gustar, pero que son necesarias para curar, él no quería pelear, pero ha tenido que hacerlo. Aprende rápido y vence, ganándose el respeto de su oponente y el de todos los presentes.

Estos le ofrecen hacer ese día de secretario de la mesa electoral, y él les responde que no ha nacido para político, pero la suerte está echada, se ha ganado su confianza, ellos creen en él, y antes de ejercer su cometido le vemos jurar “solemnemente respaldar la constitución de los Estados Unidos de América”.

Un hombre querido por su comunidad

Instalado en Nueva Salem trabaja en una tienda de ultramarinos y todo tipo de utensilios y comestibles, de la que acaba siendo propietario y convirtiéndose también en oficina de correos (que como él mismo indica, llega una vez a la semana) lo que le hace tener trato con todos los vecinos.

Se va convirtiendo por su sencillez, su carácter afable e incluso simpáticas frases y palabras, en un hombre querido por su comunidad, cuyos miembros le apodan Abe y están dispuestos a ayudarle, como por ejemplo, a recibir lecciones de gramática (concretamente los modos de los verbos). Sin embargo ese hombre de gran estatura, aspecto desgarbado y rostro escasamente agraciado posee un carácter melancólico y reservado, no tiene una gran consideración respecto de si mismo y su humildad le lleva a verse como un fracasado. A lo que su improvisado maestro le contesta que sólo hay dos salidas para los fracasados, la enseñanza y la política.

La película introduce en boca del propio Abe uno de sus miedos, premonitorio de su trágico final. No le gusta la política porque si resulta elegido le obligaría a irse a la ciudad, y no le gusta la ciudad, la gente le asusta mucho “… porque podrían asesinarme”. Esta premonición, que no sabe a qué responde, se repetirá.
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Es el año 1832 y la lucha contra los indios irrumpe en escena. Ante su respeto por los mismos un vecino le espeta que si quieren colonizar las tierras de Kansas y Nebraska tendrán que combatirlos, y le recuerda “igual que tu padre cuando se fue a Kentucky” (recordemos que emigró desde la costa, en Virginia). Es la denominada Guerra del Halcón Negro, por la disputa de tierras a los indios en la expansión hacia el oeste. Su reconocimiento sigue en aumento, y es elegido capitán de la milicia local, lo que le lleva a sentenciar “creo que no me va a quedar otro remedio que luchar”. Aunque no llegó a entablar combate.

Otro de los problemas a los que terminaría enfrentándose tras salir elegido presidente hace su primera aparición a través de un periódico de 1835 que informa de que Carolina del Sur amenaza con abandonar la Unión. El peligro de secesión, ya está presente bajo la presidencia de Andrew Jackson, e irá en aumento conforme avance el siglo.

Ya tenemos planteadas todas la pautas que marcarán su vida y entrada en la historia: todos los hombres somos iguales, la política, la amenaza de disolución de la Unión y su miedo a morir. Ahora sólo falta que surja en él, el deseo de encarar la carrera política y cumplir su destino.

Vota por el honesto Abe

La historia de amor entre Abe y Ann es dentro de este bello biopic una de las partes más intimistas y mejor logradas de la película. Sobretodo la escena junto al tronco del árbol en la que se le declara, confesando que si no lo había hecho antes es porque no le gusta que se rían de él, y ella en medio de una decepción amorosa le contesta que “no me sería difícil poder llegar a amarte”. La película muestra en paralelo como los miembros del partido Whig convencen a Abe para que se presente a las elecciones a la legislatura del estado. Únicamente el viejo Ben le aconseja que no lo haga porque los políticos “te pervertirían, como han pervertido ya a los Estados Unidos de América (…) tú eres un hombre honrado”.
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El día de la elección una gran pancarta reza “Vota por el honesto Abe”, apelativo que le seguirá el resto de su carrera política. La noche de las elecciones se celebra una fiesta en honor del candidato, y en pleno baile, Ann se desmaya. Tiene fiebre cerebral (se supone que fueron fiebres tifoideas) y esa misma noche en que se conoce su elección, Abe le promete que siempre le hará feliz y que nunca se separará, junto a su lecho de su muerte. La Biblia está presente de nuevo, junto a la cama. Mientras él llora, fuera, la gente celebra su victoria en el pueblo.

En la siguiente escena, tras la elección, ya vemos operado un importante cambio, ha dejado las ropas de faena que llevaba puestas desde el principio de la película y viste de solemne color negro, ataviado con esa larga levita característica de muchos de sus retratos y fotografías, que le aporta un porte discretamente distinguido y austero. La película avanza de pronto en el tiempo y vemos como Lincoln, tras cómo se ha represaliado un suceso abolicionista con un linchamiento, abandona el cargo sumido en la melancolía, y justo antes de salir de la reunión, termina en alto una profunda e interesante reflexión haciendo referencia a su escasa preparación (lo que le puede convertir en un simple peón) y lo que ha aprendido, lo cual es también una demoledora crítica a los políticos “La ignorancia no es un obstáculo para subir, al contrario, en algunos casos es una ventaja”.

Una vez más el guión juega a dramatizar la vida de Lincoln y altera la historia, éste fue elegido en 1834, pero Ann no murió hasta el año siguiente, sin embargo aquí unen los dos acontecimientos en la misma noche para lograr un mayor efecto romántico y servir a los propósitos del film, esa dicotomía entre su vida privada y la pública, compaginar el éxito en las dos, para él no es posible. Por otro lado aunque le vemos ganar las que se nos presentan como sus primeras elecciones, lo cierto es que si bien en su pueblo obtuvo un arrollador número de votos, en el conjunto del condado no ganó su primera vez. No entraría en la legislatura del estado de Illinois hasta la cuarta vez que se presentó, en 1834. Por tanto cuando le vemos que deja la política en realidad fue tiempo después y aquí sin embargo parece que lo hace abatido tras la muerte de Ann en 1835.
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Lo que sí es real es ese espíritu de recurrente estado melancólico en el que Lincoln se sume a menudo, que tan logradamente el actor Raymond Massey logra conferir al personaje. Profunda melancolía que se originó precisamente tras la muerte de Ann y que le llevaría a padecer severas depresiones.

La película nos muestra como Lincoln abandona la política, hecho que sí sucedió durante un tiempo, pero no en la década de los 30 o los 40, sino en la de los 50, tras finalizar su primera legislatura en el Congreso (1847-1849) donde fracasó en la defensa de varios proyectos y resultó muy impopular por oponerse con contundencia a la Guerra con México, que considero innecesaria e inconstitucional. Durante estos años continuó dedicándose a la abogacía, campo en el que siempre destacó.

Detrás de todo gran hombre siempre hay una gran mujer

Lincoln, a quien ya nadie le ata a Nueva Salem, se traslada a Springfield, la capital del estado. Allí el juez Stuart le ha ofrecido trabajo. A partir de entonces la película se desarrolla bien en su oficina de “Stuart y Lincoln Abogados”, lo cual representa (no asistimos a ningún juicio ni caso importante) su importante labor de abogado por la que se ganó una importante reputación en esta ciudad o bien en torno a su incipiente vida social en la que conoce a la que será finalmente su esposa: Mary Todd.
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El director John Cromwell lo mismo que para el personaje de Abe, contó para el papel de su mujer, Mary Todd, con una actriz no especialmente agraciada en cuanto a su beldad, pero sí una Ruth Gordon en su debut cinematográfico que nos ofrece un fuerte temperamento, logrando transmitir a la perfección la dureza y ambición de su espíritu en una magnífica interpretación. Precisamente la ambición de la que carece (desde la óptica de la película) el propio Lincoln. A Mary Todd la conocemos en el baile celebrado en su honor a su llegada a Springfield, a la búsqueda de marido. Frente a ella Lincoln y Stephen Douglass, precisamente los dos candidatos que se enfrentarán políticamente en el futuro por la presidencia de la nación. Ambos flirtean con ella a través de unos inteligentes e irónicos diálogos. Pero aunque Douglass se muestra mucho más confiado y aparentemente sea mejor partido, ella rápidamente pone sus ojos en Lincoln dándose cuenta de que es un hombre bueno y de su gran potencial.

Ambos se sienten atraídos, y él aparte de su trabajo en la oficina, sólo tiene pensamientos para ella, haciendo oídos sordos a la insistencia de su empleado Billy y sus amigos de volver a la política. La escena que mejor lo ejemplifica es él sentado en el alfeizar de la ventana contemplando a Mary Todd paseando por la calle. A partir de ese momento y hasta el final de la película, se establece un fuerte contraste entre lo que él llega a denominar “su ambición infernal” (la de Mary) y su único deseo (el de Lincoln) de cumplir su derecho a la vida y la felicidad. Todos coinciden en que es un hombre sin ambiciones, pero ella manifiesta que una vez casados le hará subir hasta alcanzar su destino. Cuando se da cuenta de que su matrimonio con Mary le va a conducir inexorablemente hacia las cotas más altas de la política, Abe anula el enlace y abandona la ciudad. Destacar las palabras que el guión pone en boca de Billy, su empleado, cuando éste se enfrenta a él por rehuir el matrimonio y así no cumplir con su deber, que reflejan bien el espíritu patriótico y la injusticia de la esclavitud: “es el deber de todo hombre bueno que se llame norteamericano, es el de respaldar las verdades que se estipulan en la Constitución, que todos los hombres fuimos creados iguales, con derecho a la vida, a la libertad y a la felicidad”. A esto Lincoln pregunta melancólico si a él se le niegan esos derechos y Billy le responde “¿Podría disfrutar de ellos sabiendo como sabe que dos millones de sus compatriotas son todavía esclavos?”. Esta escena se produce también en presencia de Joshua Smith, el hombre que dio cobijo a Lincoln cuando llegó a Springfield y quien sería uno de sus grandes amigos.

Es entonces cuando se produce a mi entender el clímax de la película, de vuelta de su viaje atraviesa las calles desiertas del deshabitado pueblo de Nueva Salem (en la realidad también quedó deshabitado) y se acerca al viejo tronco del bosque donde se declaró a la desaparecida Ann. No puede ser más lírico y romántico en su sencillez, allí le asaltan los recuerdos, rememora aquel amor que con su marcha hizo desaparecer sus posibilidades de encontrar la felicidad que buscaba y resuenan las palabras de su madre “lo mundanal pasa, pero quien hace lo que Dios ordena, después tendrá una vida mejor”. Se resigna a ser feliz en la otra vida (y no en este mundo) en ésta se sacrificará como mártir, cumpliendo su destino. Se lleva la mano del árbol al pecho, símbolo de que se entrega a partir de ahora a su patria.
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El profundo sentimiento religioso (sin pertenecer a ninguna Iglesia) y su creencia en Dios, impregnan todo el metraje acompañando a diversos momentos de su vida. De nuevo, una vez de vuelta a Springfield, cuando después de haberla rechazado la ofrece de nuevo matrimonio, pronuncia la siguiente frase “te prometo que dedicaré toda mi vida a tratar de hacer el bien, si es que Dios me permite saber dónde se encuentra”. A lo que ella contesta “sí accedo a ser tu esposa y juntos lucharemos hasta que Dios nos separe”. La escena, que comienza con los dos separados a ambos lados de una mesa termina con Mary junto a su pecho diciéndole que le querrá hasta la muerte. No se nos muestra la boda, pues los votos del compromiso ya han sido expresados en este encuentro, tan sólo vemos como el plano se funde con una Biblia y cómo en su primera página se escriben sus nombres y la fecha de su enlace, 4 de noviembre de 1842.

La herida de la esclavitud: una Nación Dividida

A partir de ese momento la película avanza rápido en el tiempo con una sucesión de imágenes de la construcción de nuevos edificios, la argamasa que une los ladrillos, titulares de periódico que hablan de que el telégrafo llega al oeste, imágenes del ferrocarril, aludiendo todo ello al crecimiento de la nación, y como indica la película, de un hombre (acompañado todo de una música rimbombante). Una carta de Lincoln, ya representante por Illinois en el Congreso (lo fue entre 1847 y 1849) en la que le detalla a su esposa la “constante lucha en el Congreso por aplastarse unos a otros hasta que el contrario se rinda”. La secuencia continua con imágenes del ágora del Congreso, él pronunciando un discurso y unos nubarrones que dan paso a titulares que anuncian “El Sur acusa al Norte de ayudar a los esclavos”, “El Norte decide luchar contra la esclavitud”, “Motines en Kansas” o “Rebelión armada en Virginia”. El director John Cromwell recurre a este recurso en lugar de desarrollar todos estos acontecimientos.
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El camino hacia la Secesión es cada vez más acuciante conforme crece la tensión en torno a la esclavitud. El titular “Rebelión armada en Virginia” se corresponde con la escena (que sí vemos) en la que John Brown (líder que junto a un grupo de seguidores recorrió algunos estados del tratando de sublevar a los esclavos) es capturado por Robert E. Lee en Harper´s Ferry tras haberse apoderado del arsenal federal. Sus palabras “(…) la lacra sólo con sangre puede ser erradicada de este mundo salvaje” son empleadas en la película para anunciar que no hay posibilidad de remedio si no es mediante la violencia, y, llegado el caso, la guerra.

John Brown sería ahorcado por protagonizar este suceso e incitar a los esclavos a la rebelión. El dramatismo de la escena se subraya con su hijo muriendo en sus brazos, pero la realidad es que éste falleció horas antes de que los soldados capturaran a John Brown (personaje al que Raymond Massey interpretaría ese mismo año en Camino de Santa Fe, junto a Errol Flyn y Ronald Reagan). Este suceso tuvo lugar en 1859, un año después de los famosos debates entre Douglass y Lincoln, la película sin embargo sitúa la escena justo antes.

Los titulares de periódicos que vemos en imágenes y la propia reflexión que Lincoln hace en la carta a su esposa, representan la escalada de enfrentamiento dentro de la Unión entre el Norte y el Sur que tuvo lugar durante la década de 1850, con la esclavitud como principal fuente de discordia, la cual, en su debate llevaba asociada otras cuestiones (como se verá al analizar los debates). Este enfrentamiento creó toda una histeria colectiva de odios y pasiones encontradas, donde cada bando creía estar en posesión de toda la verdad y veía a su vecino como un agresor a su modo de vida y a sus intereses (sobre todo el Sur es lo que sentía respecto del Norte).

El titular “El Sur acusa al Norte de ayudar a los esclavos” se refiere principalmente a las medidas adoptadas por algunos estados dentro de su territorio para garantizar la libertad personal, lo cual era visto por el Sur como una manera de promover la fuga de esclavos. Lo mismo puede decirse de “El Norte decide luchar contra la esclavitud”. En 1820 se había llegado dentro de la Unión al Compromiso de Missouri, por el cual la esclavitud no podría extenderse más allá del paralelo 36º 20' en Lousiana. Hasta ese momento había 11 estados esclavistas y 11 que no lo eran (los del Norte). Pero la nación se expandió hacia el oeste más rápidamente de lo que nadie había previsto, cambiaron las fronteras y tras la Guerra con México, se fueron creando nuevos estados hasta la costa californiana. Esto trajo consigo una constante lucha política entre quienes se negaban a admitir nuevos estados esclavistas (los norteños, donde empezaba a fortalecerse el sentimiento abolicionista) y los partidarios de expandir la práctica, subyaciendo también un intento por mantener dentro del crecimiento de la nación el equilibrio de poder entre el número de estados libres y los esclavistas, no deseando estos últimos que se desequilibrase la balanza.

“Motines en Kansas” hace referencia a los enfrentamientos surgidos en este estado que adquirió el status de territorio estadounidense en 1854. Para los territorios de Kansas y Nebraska el Congreso (invalidando el compromiso de Missouri antes citado por el que la esclavitud no podía extenderse en esta parte del territorio) aprobó para ellos la fórmula de la soberanía popular, por lo que se dejaba en manos de su población la decisión de ser o no esclavista. Nebraska decidió no serlo pero Kansas fue colonizada por partidarios de ambos bandos provocando enfrentamientos y episodios sangrientos (muchos de ellos protagonizados por el propio John Brown, como los de 1856) para hacerse con el control del estado, decidiéndose finalmente a favor de la esclavitud, tras sabotearse las elecciones de este estado en 1855, que habían ganado los abolicionistas.

Todo esto es importante para comprender mejor dentro de la película en qué circunstancias llegó Lincoln a la presidencia, el comportamiento de su personaje ante los acontecimientos y los debates más famosos de la historia de América mantenidos contra Stephen Douglass, que analizaremos en la parte final de este comentario.

Los debates más famosos de la historia de América

Con la tercera parte del artículo de Lincoln en Illinois llegamos al final de la película que comenzábamos a comentar el 4 de febrero, la víspera del supermartes electoral en los Estados Unidos. Esta parte se centra en los discursos y campañas electorales en los que participó Lincoln entre 1858 y 1861 y su elección como presidente, que son resumidos en el final del film.

“Otro fanático que ha pasado a mejor vida” son las palabras que utiliza el Senador Stephen Douglass (brillantemente interpretado por el actor Gene Lockhart) para referirse al ahorcamiento de John Brown. Al mismo tiempo conoce que será Lincoln su contrincante en las elecciones de ese año (1858) al puesto de senador por el estado de Illinois. Junto a su equipo hablan del candidato y de cómo éste todavía no se ha definido en torno a la esclavitud, cosa que les preocupa. Douglass prepara todo un recibimiento para sí mismo en Springfield, porque la nación tal vez no conoce a Lincoln, “pero yo sí”.
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El contraste entre ambos personajes lo vemos en la siguiente secuencia mientras Lincoln posa despreocupadamente junto a los suyos para un retrato de familia, hecho que es alterado por el desfile de recibimiento a Douglass afuera en la calle, no pudiendo finalmente hacer una buena toma. La poca seriedad con que se le toma Lincoln, en complicidad con su hijo, contrasta con la de Mary.

La jornada de campaña electoral se convierte en un día festivo, como al principio de la película vimos en las dos elecciones de Nueva Salem. Hasta se fleta un tren para los partidarios de Lincoln y vemos una pequeña trifulca entre partidarios de ambos candidatos. Asistimos al debate final, que en realidad es una síntesis de los discursos pronunciados en los siete debates que se sucedieron en la elección al cargo de Senador por el estado de Illinois. Magnífico compendio de unos discursos que aunque pertenecientes a la contienda electoral en un estado, reflejan a la perfección los principales argumentos del debate y los desafíos a los que se enfrentaba toda la Unión.

Stephen Douglass vs Abraham Lincoln
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Lo que escuchamos es la refutación de los argumentos que se han esgrimido anteriormente los cuales no nos son mostrados. Ambos emplean hábilmente su oratoria para infringir divertidas estocadas a su rival, como hace Douglass al comienzo de su intervención, para continuar aludiendo a las cualidades de su contrario, las cuales conforman un buen retrato de Lincoln “Sinceridad habitual, su puro encanto casero, su perenne humor campechano (…) el señor Lincoln sabe hacernos reír con sus divertidas anécdotas y después les arranca lágrimas con su descripción dramática de lo que sufren los obreros negros que trabajan en el Sur, sabe llevarlos muy hábilmente hasta el umbral de la verdad, pero, si se disponen a cruzarlo desviará su atención hacia otras cosas. Jamás, ni por equivocación mencionará las condiciones de trabajo del obrero del norte. Tal vez porque él aún no sabe que cientos de miles de nuestros obreros están en huelga, con hambre y desfilan por nuestras calles en protesta, y hay motines porque no se les paga lo suficiente para que puedan alimentar a sus hijos. ¿Qué clase de libertad es esa? ¿Y qué clase de igualdad? (aplausos).
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Saben que el señor Lincoln pronuncia discursos constantemente sobre la igualdad, repite una y otra vez los argumentos (…) de otros abolicionistas, nos dice que si en la Declaración de Independencia se expone que los hombres fuimos creados iguales por la ley de Dios, la igualdad de los negros es un derecho inalienable, en contra de esto está el veredicto del Tribunal Supremo en el caso de Dred Scott. El señor Lincoln es abogado y por lo tanto supongo que sabe que cuando trata de destruir la confianza pública en la integridad y en la inviolabilidad del Tribunal Supremo, él está predicando la Revolución. ¿Quieren saber cuál es mi opinión sobre el fallo del caso Scott? pues se la diré sin reserva alguna. Pienso que todas la decisiones del Tribunal Supremo Deben ser nuestra única Ley, y yo pienso acatarla obedientemente, nunca voy a variar mi posición pese a todos los gritos de los fanáticos, a sus constantes prédicas de igualdad racial que nos proponen votar, comer, dormir y casarnos con negros. Digo además a cada estado que se meta en lo que le importe y olvide a sus vecinos. Si observáramos todos ese principio, ya vería el señor Lincoln como sí es posible que nuestro país pueda existir dividido en unos estados libres y en otros esclavos y seguir como hasta ahora ganando poder y población, siempre fuerte hasta convertirse en la admiración y en el terror de todo el mundo".

Douglass hace referencia a la soberanía de los estados y a que cada uno de estos decida por si mismo sin la interferencia de los otros o de la Unión. Y defiende esta postura en aras de que cada estado se postule a favor o en contra de la esclavitud, punto de mayor controversia en el país y principal motivo de división. Ambos candidatos eran firmes defensores de la Unión y Douglass mediante este principio perseguía superar el problema. Así en 1854 había propuesto y defendido el Acta de Kansas-Nebraska (del que Lincoln era firme opositor), por el que estos dos nuevos estados habían decidido libremente sobre la esclavitud, invalidando así el Compromiso de Missouri por el cual la esclavitud no podía extenderse en esa parte del continente.

Abraham Lincoln vs Stephen Douglass
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Lincoln, que ha estado escuchando y haciendo anotaciones pacientemente, se quita el sombrero y tras hacer también él un jocoso comentario, comienza su refutación “(…) Todos ustedes oyeron al juez cuando dijo que hay quien defiende que se vote, se coma, se duerma y se casen con los negros. Yo no sé si refería a mí específicamente, si es así quiero decirle que por negarme a aceptar que una mujer negra sea esclava no creo que necesite tomarla por esposa, no tiene porqué ser ninguna de las dos cosas, puedo dejarla tranquila y en paz. En ciertos aspectos ella no es igual a mí como tengo que confesarlo yo tampoco soy igual al Sr. Douglass… en ciertos aspectos. Pero en su derecho natural a comer lo que con sus manos gana sin pedir ni esperar el consentimiento de nadie, ella es igual a mí como es igual a todos ustedes. Han oído al juez hablar de las difíciles condiciones de trabajo en el Norte, soy norteamericano y no estoy orgulloso de que esas condiciones existan, pero quiero preguntarles esto ¿cambiarían los obreros que se encuentran en huelga su lugar aunque fuera sólo por un instante, por el de los esclavos? Ellos ni siquiera tienen la huelga como un derecho a su alcance y en calidad de norteamericano puedo decir gracias a Dios que en nuestra nación sí tenemos todos los ciudadanos el derecho a la huelga (aplausos).

No estoy predicando la Revolución, no es necesario, esta nación con todas sus instituciones pertenece a los que habitan en ella, si algún día no les gusta lo que hace el gobierno existente tienen el derecho constitucional de enmendarlo y cambiarlo o el derecho revolucionario de destituirlo y quitarle todos sus poderes. Cuando nuestros padres fundaron la patria nos dieron esos derechos (aplausos). El propósito en el fallo del caso Scott es convertir a nuestros negros en una propiedad, propiedad de sus ricos amos naturalmente, cambiando los derechos humanos en derechos de propiedad tan solo. Es la eterna lucha que se libra entre dos principios, uno es el derecho común a toda la humanidad, el otro es el derecho divino de los reyes. Pienso que es el mismo espíritu que dice -gana tú el pan que quien se lo comerá seré yo-. (aplausos)
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Al fundar la nación aceptaron nuestros mayores que todos los hombres son creados iguales, no se mencionó ni una sola excepción en esa cláusula de la Declaración de Independencia. Pero ahora hay quien dice ‘todos los hombres son creados iguales salvo los negros’… Si nosotros aceptamos hoy esta doctrina de discriminación racial o de clases, por qué no aceptar también en el futuro… ‘todos somos creados iguales excepto los negros, los extranjeros, los católicos, los judíos e incluso los hombres pobres’. Esa es la conclusión a la que nos llevan los defensores de la esclavitud: que cada estado se meta en lo que le importe, dice el juez Douglass, ¿por qué buscar líos? Señores esta es la política cómoda o más bien la indiferencia ante el mal. Una política que sólo me inspira odio. La odio por la monstruosa injusticia que supone la esclavitud. La odio porque priva a nuestra República de una justa influencia mundial. Da base a que los enemigos de nuestra ideología nacional puedan tacharnos de hipócritas y hacen que los que creen que todos debemos ser libres duden de nuestra sinceridad. La odio sobretodo porque obliga a una gran cantidad de hombres buenos de esta nación a luchar sin desearlo contra los principios de nuestra libertad, a perder toda su fé en nuestra Declaración de independencia y a creer que no hay otro principio de vida que nos importe más que nuestros propios intereses.

En sus palabras finales de esta noche el juez dijo que podríamos ser el terror del mundo y yo no creo que nadie de nosotros quiera eso. Creo que todos preferimos dar esperanzas y ánimo al mundo demostrando que hay muchos hombres que merecen ser libres. Pero no podremos dar a nadie ese ánimo si antes no demostramos la capacidad nacional de convivir entre nosotros y nunca llegaremos a conseguir tal cosa si todos los estados no continuamos unidos. No ha de haber distinciones en nuestro concepto de la libertad, ni debe haberlas entre una sección y otra, entre una y otra raza. Un país dividido en su interior no podrá resistir. Y nuestro gobierno no logrará permanecer siendo unos libres y otros esclavos”.
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Las referencias a las bases sobre las que se erige la nación, la Declaración de Independencia y a los padres fundadores son frecuentes, pues estos dejaron proclamado que todos los hombres son libres e iguales. Lincoln también hace uso del derecho natural, por el que todos los seres humanos nacen libres.

Tanto Douglass como Lincoln hacen referencia al caso Scott, por el que el Tribunal Supremo había determinado que el gobierno no podía limitar el derecho de sus ciudadanos en referencia a la esclavitud pues el derecho de propiedad no podía ser limitado o suprimido. De modo que si un ciudadano viajaba de un estado donde la esclavitud era legal a otro donde no lo era, no podía perder su derecho a la propiedad sobre el esclavo. Esto invalidó el Compromiso de Missouri y Lincoln lo critica por haber “convertido los derechos humanos en derechos de propiedad”. Y en su parte final se hayan palabras de su famoso discurso, hoy empleadas por Barak Obama, en el que sentencia que un país dividido no podrá sobrevivir, y el gobierno tampoco, siendo unos libres y otros esclavos.

De la derrota del Senado a la presidencia

Lincoln perdió y no fue elegido senador por su estado, pero esas elecciones de 1858 le catapultaron y dieron fama a nivel nacional por su elocuencia. La película se hace eco de ello, con titulares de periódico como “Lincoln asombra a América con el mejor discurso de la campaña”, “Estadista de Illinois escala la fama en toda la nación”. Y es entonces cuando vemos a un grupo de políticos y banqueros de Washington, miembros del Partido Republicano, hablar de él como posible candidato a la presidencia, para enfrentarse de nuevo a Douglass. Y aunque desconocido en Washington, se alude a algo muy importante, es conocido y muy popular en los nuevos estados, haciendo referencia al centro y oeste del país, recordemos que Lincoln vive en el Medio Oeste, región que había ido cobrando gran importancia dentro del país conforme avanzaba la colonización.
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Cuando ese grupo acude a Springfield para conocerle, de nuevo observamos a un Abe poco entusiasmado con la visita, pero su mujer de nuevo le espolea, confesándole luego a su amigo Joshua Speed que a Abe le acompaña siempre un sentimiento de fatalidad, pero ahora ha llegado su gran oportunidad. La propia cocinera introduce de nuevo una premonición que completa la que Lincoln hizo en Nueva Salem “Si logran llevarle a Washington no saldrá vivo de allí”. Tras entrevistarse con él, el grupo discute si es el candidato que necesitan, saliendo a relucir calificativos de radical. Pero el Sr. Crimmin les dice que los electores le votarán porque es uno de ellos y representa al americano medio. Que recuerden el nombre que le dan “el honrado Abe”, puede hacerles el juego ahora y cuando llegue a la Casa Blanca, hará todo lo que se le ordene. Efectivamente el experimentado grupo de políticos del Partido Republicano que promovió a Lincoln a la presidencia vio en él alguien fácilmente manipulable una vez llegase a la Casa Blanca. Algo que sin embargo luego no resultó tan fácil.

La siguiente escena nos sitúa en el cuartel general de la campaña electoral a la presidencia de los Estados Unidos en Illinois, es el 6 de noviembre de 1860 y los resultados y noticias de otros estados van llegando a través de los boletines. En aquellas elecciones, quien ganaba en un estado se hacía con todos sus electores (salvo en Nueva Jersey). Vemos la atención que despierta Nueva York, pues con 35 electores era al que correspondía mayor número de electores, mientras que Florida en el sur por ejemplo sólo proporcionaba tres. Lincoln ganó en los estados más poblados y que por tanto mayor número de electores proporcionaban, logrando 1.895.908 votos (el 40%) y alcanzando un total de 180 electores (casi el 60%) frente a los 123 de sus contrincantes. En estas elecciones el Partido Demócrata concurrió dividido tras no aceptarse en la Convención una resolución de apoyo a la esclavitud, entre un candidato del norte, Stephen Douglass y otro del sur, el joven vicepresidente John Breckinridge. Un cuarto candidato, John Bell (ganó la nominación al gobernador de Texas, Sam Houston) se presentó por la Unión Constitucional, creada para defender la Unión y agrupar a quienes no se sentían identificados por demócratas y republicanos. Douglass fue el primer candidato en hacer un recorrido por el país para presentar su candidatura, obtuvo 1.382.202 votos, pero la división demócrata le hizo ganar en sólo un estado, Missouri, y obtener tan sólo 12 votos electorales.
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En el film esa noche a Lincoln le acompañan sus viejos amigos Edwards, Billy y Joshua Speed. La tensa espera de su mujer ante ciertos reveses contrasta con la tranquilidad de Abe. Mary acaba por estallar y pierde la compostura, él la recrimina que siempre trate de ridiculizarle ante sus amigos, se enfrentan y ella se marcha a casa. La misma noche en que ganará las elecciones a Douglass, la película nos ofrece este enfrentamiento conyugal que les amarga la victoria a los dos. “hemos ganado una de las batallas más sucias de nuestra historia política, si al fin venzo, tendré que cumplir todas las promesas que los demás hicieron en mi nombre. Diez mil voluntarios se han levantado en Carolina del Sur, el gobernador ha declarado que si eligen a Lincoln el estado se separará mañana de la Unión y los demás estados al sur de la línea “Dickson” lo seguirán y eso significa guerra civil”. Cuando la noticia de la victoria llega, una vez más vemos el contraste entre el júbilo generalizado y su profunda melancolía. De vuelta a su casa, para darle la noticia a su mujer, ha de ser escoltado, es el nuevo presidente y además ya se han recibido amenazas de muerte contra él.

El mes siguiente, diciembre, la Asamblea Convención del estado de Carolina del Sur aprueba la secesión, seis semanas más tarde la secundarían Missouri, Florida, Alabama, Georgia, Louisiana y Texas. En febrero, un mes antes de que Lincoln tome posesión del cargo el 4 de marzo, los secesionados forman los Estados Confederados de América. Lincoln no era abolicionista aunque rechazaba la esclavitud. Era contrario a su expansión por lo nuevos estados y de buscar fórmulas aceptables para hacerla desaparecer donde ya existía, indemnizando por ello a los propietarios de esclavos. Para él lo verdaderamente importante era salvaguardar la Unión. Pero los sureños vieron en su elección la confirmación de que su modo de vida y su soberanía a decidir sobre el mismo, estaba claramente amenazado.

Llega el final de la película, el momento en que Lincoln ha de subir al tren presidencial que le llevará a Washington para tomar posesión del cargo. Ha pasado el tiempo (la elección presidencial tuvo lugar en noviembre y el viaje a Washington para tomar posesión del cargo lo realizó en febrero de 1861), y se ha dejado barba, lo cual le había sido aconsejado por una niña de 11 que le escribió una carta. Antes de subir al tren vemos a Stephen Douglass despedirse y desearle suerte en su misión (de los otros dos candidatos presidenciales sólo uno, Breckinridge apoyó la secesión). En la escena de la despedida de quienes se han reunido en los andenes, el actor Raymond Massey logra una total caracterización del personaje de Lincoln, solemne y de conmovedora dignidad. Muestra tristeza por dejar el lugar al que todo se lo debe y por los fieles amigos que deja, “me voy sin saber cuándo volveré, sin saber si volveré siquiera” y ante la hora tenebrosa que se cierne sobre la nación y que amenaza con una guerra civil, proclama la que para él es la única verdad “con esto también el tiempo acabará”. El parecido es asombroso, se hace el silencio y comienzan a entonar el “Gloria Gloria Aleluya” mientras el tren desaparece en la oscuridad de la noche.

(Léase mejor en el blog unmundodecine.com , que aquí sin HTML no se formatearlo para intercalar imagenes a izquierda y derecha)

Capturas del rip, hay algo de fantasmeo
Imagen
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Datos
Video Xvid 512.384, bitrate 1106kbps
Duración 1:49:26 a 25FPS
Dual Español e Ingles MP3 96kbs 1.0 Mono (CBR)
sin subtítulos conocidos

ed2k linkAbe.Lincoln.in.Illinois.(John.Cromwell,.1940).DVDRip.Dual.avi ed2k link stats

Encontrada en el eMule hace ya un tiempo, pensé que tenía hilo ..si alguién sabe el sitio de publicación original que lo comente, que hay que acreditarlo y eso . Subs me parece que no hay Mangafilms y RKO ya se sabe, temible mezcla.

edito : ahora rebuscando sale el archvio con la coletilla de [fdlwest.com] , probablemente la compartieron los compañeros de forajidos de leyenda. Investigaré.
marlowe62 escribió:Subtítulos en castellano (descarga directa): Opensubtitles.
Subtítulos del Grupo salvaje para fdlwest2.mi-web.es (Forajidos de Leyenda). Corregidos (ligero reajuste de líneas, tiempos demasiado cortos).

Saludos.
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Nalekh
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Re: Abe Lincoln in Illinois (John Cromwell, 1940) DVDRip Dual

Mensaje por Nalekh » Mar 25 Nov, 2008 13:03

Gracias por el aviso. Buen y trabajado post.

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condeorlok
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Re: Abe Lincoln in Illinois (John Cromwell, 1940) DVDRip Dual

Mensaje por condeorlok » Mié 26 Nov, 2008 09:34

Interesante

Gracias

pochutla
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Re: Abe Lincoln in Illinois (John Cromwell, 1940) DVDRip Dual

Mensaje por pochutla » Mié 26 Nov, 2008 11:51

Gracias Foratul. Faltaba una ficha aqui para esta famosa película

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Forrest Gump
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Re: Abe Lincoln in Illinois (John Cromwell, 1940) DVDRip Dual

Mensaje por Forrest Gump » Sab 31 Ene, 2009 05:21

Gracias por traerla, Foratul. :plas:
Foratul escribió:... Subs me parece que no hay Mangafilms y RKO ya se sabe, temible mezcla.

edito : ahora rebuscando sale el archvio con la coletilla de [fdlwest.com] , probablemente la compartieron los compañeros de forajidos de leyenda. Investigaré...
Pues en FDL están los subs (buscar por Lincoln en Illinois): http://www.western.imagenesdeleyenda.es/subs.html#L

Saludetes. :wink:
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pochutla
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Re: Abe Lincoln in Illinois (John Cromwell, 1940) DVDRip Dual

Mensaje por pochutla » Sab 31 Ene, 2009 13:42

Gracias por correr la voz Forrest

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marlowe62
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Re: Abe Lincoln in Illinois (John Cromwell, 1940) DVDRip Dual

Mensaje por marlowe62 » Mar 10 Feb, 2009 12:18

Subtítulos en castellano (descarga directa): Opensubtitles.
Subtítulos del Grupo salvaje para fdlwest2.mi-web.es (Forajidos de Leyenda). Corregidos (ligero reajuste de líneas, tiempos demasiado cortos).

Saludos.

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Forrest Gump
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Re: Abe Lincoln in Illinois (John Cromwell, 1940) DVDRip Dual

Mensaje por Forrest Gump » Jue 12 Feb, 2009 19:40

Muchas gracias, marlowe. Despauso la peli y me llevo tus subs revisados. :wink:
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Gastón
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Re: Abe Lincoln in Illinois (John Cromwell, 1940) DVDRip Dual

Mensaje por Gastón » Vie 13 Feb, 2009 18:20

¡Mil gracias!

Gracias a foratul por la película , a marlowe por traer los subs y a Grupo salvaje por corregirlos :wink:

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pman
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Re: Abe Lincoln in Illinois (John Cromwell, 1940) DVDRip Dual

Mensaje por pman » Sab 14 Feb, 2009 12:45

La baj0.
Gracias foratul. Y gracias Forrest por el enlace de los subs!

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Suizo
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Re: Abe Lincoln in Illinois (John Cromwell, 1940) DVDRip Dual

Mensaje por Suizo » Jue 19 Feb, 2009 02:14

¡Muchas gracias! :)
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davinci1405
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Re: Abe Lincoln in Illinois (John Cromwell, 1940) DVDRip Dual

Mensaje por davinci1405 » Sab 03 Abr, 2010 15:48

Muchas gracias Foratul. :)
"Sólo dos cosas son infinitas, el universo y la estupidez humana... y no estoy seguro de lo primero". Albert Einstein