merxe escribió:12 Hombres sin piedad
12 Angry Men
imdb
Pais: EU
Año: 1957
Género: Drama | Drama judicial
Duración: 95 min.
Dirección: Sidney Lumet
Guion: Reginald Rose (Teatro: Reginald Rose)
Música: Kenyon Hopkins
Reparto:
Henry Fonda, Lee J. Cobb, E.G. Marshall, Jack Warden, Ed Begley, Martin Balsam, John Fiedler.
Descripción:
En un juicio, y tras escuchar todas las pruebas y testimonios, un jurado popular compuesto por una docena de personas tiene que decidir, por unanimidad, si absuelve o condena a muerte a un acusado. La vida de un hombre está en juego, en manos de 12 personas que también tienen su historia. En un principio once de ellos se inclinan por la condena, pero uno discrepa... Alabadísimo debut cinematográfico de Sidney Lumet. (
Críticas:
- Spoiler: mostrar
- 1957: Berlín: Oso de Oro
"Una obra capital que aún ofrece lecciones de cine (...) virulenta y acerada crítica al sistema judicial estadounidense y muestra un profundo desprecio por la pena de muerte (...) Lumet crea con su cámara una continua asfixia, entre gestos crispados e íntimas angustias (Miguel Ángel Palomo: Diario El País)
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"Intensa y magnífica cinta (...) A pesar del aire teatral del relato, la cinta destaca por sus magistrales diálogos e interpretaciones y la exquisita dirección por parte de Lumet." (Fernando Morales: Diario El País)
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Cuando una película se transforma en un ritual
Os cuento un ritual mío de mi adolescencia, hace casi 20 años:
1) Aprovechaba que el televisor donde teníamos el VHS quedaba libre cuando mis padres iban a cenar fuera.
2) Cogía una monstruosa barra de pan (cuando todavía valía 10 pesetas), la cortaba por la mitad y metía entre las dos partes varias latas de atún con el aceite y todo.
3) Oía a mi hermano decir de nuevo "Otra vez, doooooce hombres sin piedad".
3) Cenaba viendo por enésima vez esta tremenda obra maestra en donde un arquitecto casualmente escogido para formar parte de un jurado popular se enfrenta con su mejor arma - la palabra - a once hombres que parecían tener muy claro el destino de un condenado: la silla eléctrica.
4) Mandaba a tomar por el culo al despreciable personaje interpretado por L.J.Cobb.
5) Mandaba a tomar por el culo al despreciable personaje interpretado por Ed Begley.
6) Aplaudía por primera vez: la navaja
7) Aplaudía por segunda vez: el cojo
8 ) Aplaudía por tercera vez: las gafas
9) Aplaudía por cuarta vez: la duda razonable
10) Al acabar los créditos, deseaba que me mandasen a un jurado popular para demostrar que yo también podía transformarme en el personaje de Henry Fonda.
11) Metía la cinta VHS en su caja de plástico, apagaba el televisor y...
12) Envidiaba a los que no hayan visto todavía la película y...
13) Decidía con más ahínco aún estudiar arquitectura porque el jurado nº8 era arquitecto, cosa que he cumplido.
Aunque todavía espero tener un papel en la vida real la mitad de genial como el del jurado nº8...¿quién no ha querido nunca ser un Don Quijote de éxito?
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LA MAJESTAD DE LA RAZÓN Y LA PALABRA
Intenso drama judicial acerca de la deliberación de un jurado de "doce hombres justos", en el caso de un joven de baja extracción social, acusado de parricidio, y de la duda razonable que un honesto miembro del jurado se plantea ante el cúmulo de pruebas y hechos incriminatorios aportados por el fiscal.
Henry Fonda, en una de las mejores interpretaciones de su carrera, interpreta al sereno e íntegro jurado nº 8, que acometerá, cual heroico y moderno Don Quijote, la difícil misión de razonar con los once miembros restantes del jurado, el deber y la responsabilidad de actuar con honestidad, revisando bajo otra óptica, todas y cada una de las pruebas y testimonios, con objeto de convencerles de que existe una duda razonable, y que éste es suficiente motivo para cambiar sus iniciales y precipitados veredictos.
El film, que supone la opera prima de Sidney Lumet, no se molesta en ocultar los orígenes teatrales de la obra, aprovechando el espacio cerrado de la sala de deliberaciones, para incrementar su sudorosa y claustrofóbica intensidad.
Los doce intérpretes dan lo mejor de sí mismos en esta obra de soberbias caracterizaciones, destacando entre todas la ya comentada de Fonda, la de Lee J. Cobb, como el beligerante, amargado y feroz jurado nº 3, la de Martin Balsam en el papel del pusilánime presidente del jurado, E.G.Marshall, como el frío y analítico jurado nº 4, Ed Begley, como el intolerante jurado nº 10, Joseph Sweeney como el anciano y perspicaz jurado nº 9 y Jack Warden, como el superficial y agresivo jurado nº 7.
Todos están magistrales en sus anónimos papeles, en este enfrentamiento por conseguir un veredicto de unanimidad, en una obra, donde lo que en realidad se juzga es la intolerancia, los prejuicios étnicos, generacionales y los de clase social, oponiendo a estas lacras, la sencillez y majestad de la razón, expresada a través de la serenidad del diálogo y la palabra.
NOTA MARGINAL:
Quisiera recordar en este espacio, a colación del comentario de esta película y a modo de homenaje, la excelente versión española televisiva, que he tenido el placer de disfrutar en vídeo, y que fue dirigida en 1973 por Gustavo Pérez Puig, para el programa Estudio 1, en una época en que aún podía considerarse a la televisión, como una ventana a la cultura.
Esta excelente versión contó con el siguiente reparto de lujo, a un nivel perfectamente comparable a la versión de Lumet:
Jesús Puente (Presidente y Jurado nº1), Pedro Osinaga (Jurado nº2), José Bódalo (Jurado nº3),
Luis Prendes (Jurado nº4), Manuel Alexandre (Jurado nº5), Antonio Casal (Jurado nº6), Sancho Gracia (Jurado nº7), José María Rodero (Jurado nº8 ), Carlos Lemos (Jurado nº9), Ismael Merlo (Jurado nº10), Fernando Delgado (Jurado nº11) y Rafael Alonso (Jurado nº12).
A todos ellos, presentes o ausentes, pero todos consagrados como primeras figuras de la escena española, rindo desde aquí mi sincero homenaje.
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UNA SERIE DE DUDAS RAZONABLES
La ópera prima de Lumet es todo un clásico del cine de temática jurídica y todo un canto a la justicia más piadosa e imparcial.
Ya desde el primer fotograma, cuando la cámara de Lumet se mueve de forma ampliamente panorámica, mostrándonos los fuertes pilares del tribunal de justicia de la ciudad de NY culminando en la leyenda impresa en el frontispicio, parafraseando las palabras de George Washington: "...administration of justice is the most firmest pillar of good Government...", Lumet nos avisa que la cinta es todo un panegírico sobre la buena administración de la misma...
Así pues, Lumet opta para su ópera prima por la obra de corte teatral que el guionista de tv y productor Reginal Rose llevó hacía ya 3 años (1954) de entonces a la pequeña pantalla a través de la CBS,siendo el propio Rose junto con Henry Fonda (quien desde un principio no dudó en el personaje que quería caracterizar) los promotores-productores del "asunto", además de adaptar Rose su propia obra para la gran pantalla en las lides de guionista.
La calidad artística de la cinta es excelente, y uno empieza ya a atisbar los importantes proyectos futuros de uno de los más distinguidos e influyentes cineastas del panorama cinematográfico...
Una fotografía realmente espléndida a cargo de Boris Kaufman, ganador de un oscar por su trabajo en "La ley de la calle" de Kazan, realzada por unos primeros planos matadores de los rostros sudorosos de los 12 miembros de un jurado popular enclaustrados en una tórrida habitación de las dependencias judiciales para deliberar sobre la muerte de una persona y la posible muerte de otra...
...Y con una simplista pero efectista banda sonora a cargo de Kenyon Hopkins.
Aún con evidentes detalles todavía por pulir, sigue siendo una de las mejores cintas de cine judicial de la historia del cine y una entretenida y estupendamente narrada obra del director de mis admiradas "Tarde de Perros" y "Serpico"...
Toda una sorpresa que contó además con la colaboración de artistas tan aclamados como el propio Fonda (el flemático jurado nº 8 ), Jack Warden (el irreflexivo y desvergonzado jurado nº 7), L. J Cobb (el impulsivo y violento jurado nº 3), Martin Balsam (el sereno jurado nº 1 y presidente del mismo)...
...O el anciano miembro del jurado nº 9 Joseph Sweeney y/o el jurado nº 11 George Voskovec que participaron de la obra original para tv de 3 años antes...
Además de una obra de arte, una ingeniosa obra de introspección de personalidades y sensibilidades en busca de una unanimidad que condene o exima de culpabilidad y por tanto de una irrefutable pena de muerte, a un problemático niño de suburbio de 18 años, acusado de homicidio en primer grado por la muerte de su padre, un falsificador de monedas...
I M P R E S C I N D I B L E.
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Es el veranos más caluroso desde hacía tiempo... Enclaustrados en una de las dependencias de la corte suprema de justicia de la ciudad de NY, doce hombres que responden a la cifra cardinal de un número en función de su disposición en la mesa, deliberan sobre la culpabilidad o no, de un niño conflictivo de 18 años que con 9 perdió a su madre y desde entonces creció solo en horfanatos e internados con la ausencia de un padre vivo demasiado ocupado en sus turbios negocios de falsificador de monedas...
Se le acusa de asesinar a su padre con una navaja automática sobre las 12:10 a.m de una noche de verano... Hay dos testigos inculpatorios: un viejo vecino que vive justo debajo de su piso frente a las vía de un tren y que afirma haber oído gritos de violencia del padre al hijo... Y una chica que vivía enfrente, al otro lado de las vías del tren, y que afirma haber visto a través de las ventanas de un tren elevado, cómo el joven asestaba una puñalada mortal al padre...
Los doce miembros deberán decidir por unanimidad la sentencia inculpatoria o exculpatoria según si existe o no alguna duda razonable...En caso de considerarle culpable la sentencia de muerte para el acusado sería la pena de muerte en la silla eléctrica...
En la primera votación hay 11 miembros del jurado popular que le consideran culpables y sólo 1, el jurado nº8, el arquitecto David (Fonda) que alberga una duda razonable que le hace disentir de sus compañeros...
Poco a poco las dudas razonables de David sembrarán la incertidumbre haciendo cambiar paulatinamente de parecer a todos y cada uno de los miembros del jurado...
Desde el sereno jurado nº 1 y presidente del mismo, pasando por el escrupuloso oficinista de banco jurado nº 2 (John Fiedler), el pusilánime jurado nº 5 (Jack Klugman), el dubitativo jurado nº 6 (Edward Binns doblado por Sancho Gracia), el irreflexivo vendedor de mermelada y aficionado de los NY Yankes jurado nº7, al anciano miembro nº9..., hasta los en principio difíciles de convencer y "duros de molleja" jurado nº3, nº4(E.G Marshall), el acatarrado nº 10 (Ed Begley), el bigotudo nº 11,o el veleta publicista nº 12 (Robert Webber)...
...Tras la apoteosis final con la sentencia definitiva del jurado nº3 como inocente, el juicio queda visto para sentencia... La sentencia exculpatoria existe por la existencia de una serie de dudas razonables...Tal vez el acusado sea culpable, pero la justicia ha obrado reflexivamente...
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Doce actores sin piedad
Esta película consigue transmitir todo lo que pretende, es intensa y asfixiante, de ahí que esté ambientada en el día más caluroso del año, vemos a casi todos los personajes sudando y luego encima se pone a llover para crear un ambiente de calor húmedo agobiante. Esto, que parece un detalle sin importancia, a mi me parece bastante importante, ya que si fuera un día soledad y normal la película no sería igual.
A parte de esto, tenemos a 12 personajes encerrados en una habitación, es todo lo que tenemos durante toda la película, no hay cambios de escenario, salvo cuando van al servicio. Al verla el espectador se siente como uno más de esos doce hombres que tienen en sus manos la vida de un chaval de 18 años, deben decidir si es inocente o culpable y todos están convencidos de que es culpable, menos uno, el personaje de Henry Fonda (que está espectacular), él tiene una duda razonable y a partir de ahí, intentará convencer a los demás que no se puede tomar a la ligera una decisión como esa.
Los personajes están muy bien perfilados, cada uno tiene una personalidad perfectamente marcada y eso influye en sus opiniones y en los motivos que tienen para dar su veredicto.
Los movimientos de cámara nos llevan de un lugar a otro de la habitación como si estuvieramos allí con ellos pasando calor y decidiendo si un muchacho vive o muere; son abundantes los primeros planos que nos acercan a la psicología de los personajes, ya que esta es una película de personajes, es de los actores, única y exclusivamente suya y hay que decir que todos lo hacen muy bien y aguantan los primeros planos excelentemente y eso no es fácil.
Con este film Sidney Lumet demuestra que con poco dinero y pocos medios se puede hacer una muy buena película.
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El número 8
Estamos, indudablemente, ante un auténtico ‘clásico’ del séptimo arte. Y digo ‘clásico’ porque, al margen de su añeja crianza (1957), la peli de Lumet reúne todo aquello que los amantes de aquel cine de entretenimiento con algo de mensaje esperamos encontrar en una obra de tales características: un extraordinario reparto (Fonda aparte, L.J.Cobb, Ed Begley y E.G. Marshall están inconmensurables), agilidad narrativa, una brillante dirección y una tensión dramática que apenas concede tregua en la hora y media que comprende su metraje.
Su estructura teatral no le resta ni un ápice de frescura a su envergadura cinematográfica, puesto que la cámara del jovencito Sidney no tan sólo evidencia un ‘savoir faire’ encomiable sinó que además se mueve como pez en el agua para extraer de gestos, miradas y comportamientos una verdadero testimonio de los prejuicios de la sociedad yankee y de las irregularidades de su cacareado sistema judicial. Todo ello en el marco de un tema tan polémico como el de la pena de muerte.
Henry Fonda interpreta uno de los mejores papeles de su carrera (el imparcial y ecuánime jurado número 8 ) y esgrime con sus ‘dudas razonables’ una de las puntas de lanza de cualquier sistema judicial que se precie (‘nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario’) para ir convenciendo paulatinamente al resto del jurado de su enquistado y envenenado razonamiento pequeñoburgués.
Una de esas pelis, en definitiva, que -como “Casablanca”, “El hombre tranquilo” o “Cantando bajo la lluvia”- conviene revisar de vez en cuando para no perder la fe en el cine. Obra maestra.
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La importancia de "Una duda razonable".
Soberbia película realizada por Sidney Lumet, gracias (eso hay que decirlo) sobre todo a Reginald Rose, responsable de esta obra tan completa, que originalmente fue creada para la TV en 1954, y que debido al éxito obtenido (consiguió un Emmy), Sidney Lumet la llevó al cine consiguiendo con su opera prima, el respeto y la admiración de todos aquellos que no lo conocían.
Es bien cierto, que cuenta con la colaboración de unos actores ya consagrados y la mayoría de ellos con un currículo estimable, pero eso también es obra del director. Asimismo conseguir que la película no decaiga en interés en ningún momento, filmada practicamente en interiores, entre cuatro paredes, con un ventilador que no funciona, las ventanas que prácticamente no se abren, etc., pero con unos primeros planos de los actores estupendos, matizando sus facciones, sus gestos, todos los matices, una filmación excelente.
Pero amigos míos, la película asentada en un sobresaliente texto, nos va descubriendo las motivaciones de cada uno de los miembros del jurado, para votar de un lado o del otro, criticando un sistema en el que gente fácilmente influenciable, gente a la que les importa muy poco el caso del que deben dar veredicto, gente sin conocimientos de leyes o gente con excesivos prejuicios pueden erigirse en tapado verdugo con la ley como escudo. De aquí la importancia que uno de ellos tenga UNA DUDA RAZONABLE, y sepa buscar la manera para que poco a poco todos los demás vayan viendo que tiene razón, espectacular actuación la de Henry Fonda (estupendo actor, y en ésta película genial miembro numero 8 del jurado), el cual nos permite soñar que si alguna vez nos toca ser miembros de un jurado, tengamos la suficiente clarividencia para actuar en conciencia y según los hechos, y no cometer los errores, que otras personas por intereses propios pudieran cometer.
Todos los actores restantes no le quedan a la zaga ofreciendo una actuación global fantástica, alejada del estereotipo, rayando la perfección: el empecinado Ed Begley, el calmado E.G.Marshall, el pasota Jack Warden, el inseguro presidente Martín Balsam, y Robert Webber, John Fielder, Jack Hlugman, Ed Binns, el veterano Joseph Sweeney como el anciano jurado numero 9, el metódico George Voskovec, y un soberbio Lee J. Cobb, en un papel cruel, amargado y enervante.
En fin reitero, una obra maestra de Sidney Lumet, que ninguna persona debería dejar de ver.
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Grata sorpresa
En una época en la que abundan las superproducciones, grandes en presupuesto y efectos especiales, pero escasas de imaginación y talento, se valora más esta película. Bajo una aparente sencillez (la trama se desarrolla en su mayor parte en una habitación), se esconde una compleja reflexión sobre la conducta humana, los prejuicios y la justicia.
Un guión soberbio dibuja a unos personajes muy reales, en cuyo comportamiento nos podemos ver reflejados cualquiera de nosotros.
En definitiva "Doce hombres sin piedad" es una película que no ha envejecido y que nos invita a reflexionar sobre el triunfo de la razón y la lógica sobre la sinrazón, la importancia de las minorias y la enorme responsabilidad de un jurado ante un presunto asesino.
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Sobre la duda razonable
Nunca hay que fiarse de alguien que afirme que no duda. Puede que la duda corroa, que asegure noches sin descanso, que carcoma el corazón de quien la padece. Pero un hombre que duda, es un hombre justo.
Y la duda, en "Doce hombres sin piedad", es la única herramienta de la que dispone el hombre justo para hacer justicia. No hay mejor arma que un intelecto bien armado y el saludable deseo de cuestionarse todo lo que nos rodea. El jurado del que forma parte Henry Fonda, el hombre dubitativo, es una representación viviente del otro extremo del espectro: nadie duda del veredicto que se va a pronunciar, ya sea por hartazgo, desidia, radicalismo, experiencia o ingenuidad.
Ver como Fonda va desmontando, pacientemente, el muro de certezas ajeno, va más allá de la obra maestra cinematográfica: es una lección de humanidad y de humanismo que trasciende la pantalla y llega hasta nosotros con la misma vigencia que tenía allá por los años cincuenta.
Nos hace creer que la justicia es posible más allá de la evidencia y que toda evidencia es cuestionable si existe el suficiente ímpetu e inteligencia para ponerla en tela de juicio.
Nos hace creer en la salvación.
Nos hace creer que si hay una madre para la justicia, es la duda.
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Balsam, Fiedler, Cobb, Marshall, Klugman, Binns, Warden, Fonda, Sweeney, Begley, Woskovec, Webber.
Jurado nº 1. Martin Balsam. Un entrenador de fútbol que dirige el equipo deliberante, con la deportividad y templanza que sólo le arrebata, una vez en su vida, la lluvia que interrumpió aquel gran partido.
Jurado nº 2. John Fiedler. Un banquero, conciliador y noble, que un día se salió de sus casillas amenazando de muerte a un compañero de trabajo.
Jurado nº 3. Lee J. Cobb. Un padre despechado y dolido con el hijo pródigo que a su violento progenitor decide abandonar.
Jurado nº 4. E.G. Marshall. Un hombre de correctísimo talante y firmes convicciones, que se frota la nariz por la molestia que le provocan las patillas de las gafas que usa.
Jurado nº 5. Jack Klugman. Una víctima con la dignidad crecida a resultas de haber sido vapuleado por proceder de los barrios bajos y que además, sabe cómo empuñan la navaja los pandilleros.
Jurado nº 6. Edward Binns. Un pintor que no soporta el desprecio hacia los ancianos y que últimamente ha trabajado en una obra cercana a la estruendosa vía del tren.
Jurado nº 7. Jack Warden. Un hoollygan del béisbol y con mucha prisa, al que le queman las entradas en el bolsillo, para el partido que se juega a las 8 de la tarde.
Jurado nº 8. Henry Fonda.
Jurado nº 9. Joseph Sweeney. Un anciano cerca del final, que valora la vida a los 18 años más que cualquier otro en esa sala.
Jurado nº 10. Edward Begley. Un hosco y poco recomendable tipejo al que le pueden los prejuicios contra los chavales de las barriadas por encima de toda duda razonable.
Jurado nº 11. George Woskovec. Un caballero de maneras solemnes, porque así le han educado, que de eso se enorgullece y que además lleva bigote, el único de la sala.
Jurado nº 12. Robert Webber. Un publicista que va y viene en sus decisiones porque, quizás por deformación profesional, cada nueva idea, le convence más que la anterior.
Una sala, una mesa, doce sillas, una diluvio torrencial, un calor sofocante, un ventilador que no funciona y NO uno de los mejores, sino EL mejor drama judicial de todos los tiempos.
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El Sistema en el banquillo de los acusados (y puesto en evidencia)
Lo que tenemos aquí va mucho más lejos que la simple categoría de cine. Lo que Lumet hizo, llevando esa obra teatral a los estudios de filmación y escogiendo a doce actores soberbios, fue asestar un mandoble directo a la yugular de la justicia.
No se trata de otro drama más de tantos en los que se circula por esas salas de juzgados presididas por el honorable juez, el fiscal que encabeza la acusación, el abogado encargado de la defensa, un jurado anónimo y casi invisible, el acusado de rostro lívido y expresión cercana al desmayo, y el público oyente.
Lumet no necesitó más que a los doce miembros que iban a decidir la suerte de un joven al que no llegamos a ver, pero cuyo caso se tornará tan familiar como si hubiésemos visto al chico en acción.
Doce hombres designados como jurado popular para deliberar y pronunciarse acerca de la inocencia o la culpabilidad de un muchacho de dieciocho años acusado de cometer parricidio. Hombres a los que no les agrada en absoluto que los hayan sacado de sus quehaceres, que no se han visto jamás, que proceden de distintos ambientes y entornos socioculturales, de diversas edades y que en realidad es prácticamente nada lo que saben acerca de la persona cuya vida depende de ellos.
Formar parte de un jurado en ciertas partes de los Estados Unidos conlleva mucho más que enviar a alguien a prisión. Conlleva enviarlos a la muerte.
¿Cómo se siente uno participando en un debate en el que está en juego una vida?
Datos técnicos:
Tamaño: 1.13 Gb
Duracion: 01:32:12
Vídeo codec: Xvid (doble pasada)
Resolución: 640 x 384
Bitrate: 1359 Kbps. Qf: 0.21
Audio codec: 0x0055(MP3, ISO) MPEG-1 Layer 3
Bitrate Castellano/Inglés: 48000Hz 192 kb/s (1 chnl)
Subtítulos : [Castellano-Inglés]
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12 Hombres sin piedad.(DvdRip.Xvid.Dual).mercedes.avi
12 Hombres sin piedad.(DvdRip.Xvid.Dual).(Subs.Es-In).mercedes.rar 

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HILO ORIGINAL
DOCE HOMBRES SIN PIEDAD
TITULO ORIGINAL: 12 angry men
DIRECTOR: Sidney Lumet
GUIÓN: Reginald Rose
MÚSICA: Kenyon Hopkins
FOTOGRAFÍA: Boris Kaufman (b/n)
DURACIÓN: 95 minutos
INTERPRETES: Henry Fonda, Lee J. Cobb, Ed
Begley, E.G. Marshall, Jack Warden, Martin
Balsam, John Fiedler, Jack Klugman, Edward
Binns, Joseph Sweeney, George Voskovek,
Robert Webber.
Con un reparto lleno de estrellas y cuatro nominaciones al Oscar®, incluyendo el de Mejor Fotografía, 12 hombres sin piedad es una película emocionante Y llena de suspense
Henry Fonda, Lee J. Cobb, Ed Bigley y Jack Klugman encabezan este irrepetible reparto dando vida a un grupo de miembros del jurado encargado de juzgar a un adolescente acusado de haber matado a su padre. De los doce miembros, once están convencidos de que el acusado es culpable de asesinato. Pero el duodécimo no tiene ninguna duda sobre su inocencia. ¿Cómo puede este hombre convencer a los otros miembros sobre la inocencia del joven...?
E-LINK
12.hombres.sin.piedad(1957)(Dual-Sub)(LI).by.huberman.avi
La pelicula esta en dual y con subtitulos en ingles y en español.
Como podeis ver el link lleva incluido la letras "LI" que significa "Launcher Inorporado". A partir de ahora todas las peliculas del Grupo que utilicen el lanzador creado por Cyrano lo llevaran, lo que os servirá como indentificación para reconocerlas.
Por último dar las gracias a todos los chicos del Classic Group por su colaboración en la distribución de la peli y pediros por favor que vayais indicando como van las descargas.
¡Que la disfruteis!
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Código: Seleccionar todo
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12 hombres sin piedad - Sidney Lumet (1957) Dvdrip dual eng esp.avi
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12 hombres sin piedad - Sidney Lumet (1957) Dvdrip dual sp.srt 